2% de la energía eléctrica generada a nivel mundial proviene de Biocombustibles

Los biocombustibles son una fuente de energía que proviene de materia orgánica, como plantas y residuos animales. Estos combustibles se desarrollan a partir de un proceso biológico de descomposición que convierte estos materiales orgánicos en gas metano o ácidos grasos metil esterificados que se pueden utilizar para generar electricidad. Como fuente de energía, los biocombustibles son renovables y representan una alternativa más sostenible y respetuosa con el medio ambiente en comparación con los combustibles fósiles tradicionales.

La producción de electricidad a partir de biocombustibles implica la combustión de estos combustibles orgánicos para generar calor. Este calor se utiliza para calentar agua y producir vapor, que a su vez mueve las turbinas para generar electricidad. Al comparar con otras fuentes de energía, el proceso es similar a la producción de electricidad a partir de carbón o gas, aunque con una importante diferencia: la intensidad de carbono de los biocombustibles es considerablemente más baja. Según los datos del IPCC, la intensidad de carbono media de los biocombustibles es de 230 gCO2eq/kWh, considerablemente más baja que la del carbón (820 gCO2eq/kWh) o el gas (490 gCO2eq/kWh).

Una ventaja significativa de los biocombustibles es que son una fuente de electricidad baja en carbono. Incluso al compararla con otras fuentes de energía baja en carbono, como la geotérmica, eólica y solar, los biocombustibles resaltan por su menor emisión de carbono. El uso de esta fuente de energía contribuye a reducir las emisiones globales y combatir el cambio climático.

Alrededor del 1.76% de la electricidad consumida globalmente se genera a partir de biocombustibles. Existen países como Finlandia que han incorporado notablemente la producción de energía a partir de biocombustibles en su mix energético, generando hasta un 10% de su electricidad a partir de esta fuente. En Guadalupe, más del 20% de su electricidad se produce a partir de biocombustibles, demostrando el potencial que esta fuente de energía puede tener para reemplazar las tecnologías basadas en combustibles fósiles.

Finalmente, es importante destacar la contribución que los biocombustibles hacen a la economía de las energías bajas en carbono. Países como Alemania, Estonia, y Dinamarca han adoptado esta fuente de energía notablemente en su matriz energética, generando el 9%, 8% y 14% de su electricidad a partir de biocombustibles respectivamente. Estos números son una clara señal del potencial que los biocombustibles tienen no solo para la mitigación del cambio climático, sino también para el desarrollo económico y la seguridad energética.