En 2022, el estado del consumo de electricidad en Camboya muestra un equilibrio entre fuentes bajas en carbono y combustibles fósiles. La electricidad baja en carbono representa poco más del 36%, incluyendo un 32% de energía hidroeléctrica y un 3% de energía solar. Por otro lado, los combustibles fósiles también constituyen alrededor del 35%, con un 31% proveniente del carbón. Además, Camboya depende significativamente de las importaciones netas, que representan casi un 29% de su electricidad. Este equilibrio entre fuentes limpias y fósiles sugiere que hay margen de mejora para incrementar la cuota de energía baja en carbono y reducir la dependencia del carbón y las importaciones.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Camboya puede aprender de países exitosos en este ámbito. Por ejemplo, Francia ha logrado generar el 67% de su electricidad a partir de energía nuclear, demostrando un alto nivel de independencia energética y bajo impacto ambiental. Similarmente, Uruguay ha alcanzado una generación del 36% mediante energía eólica, un modelo que Camboya podría seguir aprovechando sus recursos naturales. Incorporando tanto energía nuclear como eólica y solar, Camboya puede diversificar sus fuentes bajas en carbono y reducir su dependencia de los combustibles fósiles, disminuyendo así los impactos negativos del cambio climático y la contaminación del aire.
El historial de electricidad baja en carbono en Camboya muestra un crecimiento notable en la última década, especialmente en el ámbito hidroeléctrico. En los primeros años del siglo XXI, los incrementos fueron pequeños, pero constantes. A partir de 2012, se inició un aumento significativo de la energía hidroeléctrica, con incrementos sobresalientes de 0.5 TWh en 2012 y 2013, y un aumento notable de 2 TWh en 2018. En años recientes, se ha observado una leve disminución o estancamiento en la hidroeléctrica, mientras que la energía solar comenzó a ganar terreno desde 2019 con incrementos modestos. Estos datos sugieren un progreso hacia la diversificación de la matriz energética y la adopción de fuentes más limpias como la solar, aunque todavía hay espacio para un crecimiento mayor y más sostenido en otras formas de energía baja en carbono como la eólica y la nuclear.