En el año 2024, la situación del consumo de electricidad en Estados Unidos presenta un predominio de fuentes de combustibles fósiles, que representan más de la mitad de la generación eléctrica con aproximadamente un 58%, siendo el gas el principal contribuyente con alrededor del 42%. Sin embargo, la electricidad baja en carbono también tiene una presencia significativa, alcanzando casi el 42% del total. Dentro de esta categoría, destaca la energía nuclear con cerca del 18%, seguida por la energía eólica que aporta un 10%, y la solar con un poco menos del 7%. Aunque el carbón todavía mantiene una porción considerable del 15%, las fuentes limpias de energía, incluida la energía hidroeléctrica, buscan disminuir la dependencia de los combustibles fósiles para mitigar los impactos negativos como el cambio climático y la contaminación del aire.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Estados Unidos podría centrarse en la expansión de tecnologías que ya generan grandes cantidades de electricidad limpia como la nuclear y la eólica. Mirando ejemplos de países exitosos, Francia y Eslovaquia destacan por su alto porcentaje de generación eléctrica a partir de la energía nuclear, con un 68% y 62% respectivamente. Además, Estados Unidos puede aprender de Dinamarca e Irlanda, donde la energía eólica contribuye significativamente con más del 50% y el 32%, respectivamente. Estas estrategias podrían aumentar la participación de fuentes limpias en la matriz eléctrica de Estados Unidos, reduciendo así las emisiones de carbono y mejorando la sostenibilidad a largo plazo.
La historia de la electricidad baja en carbono en Estados Unidos muestra un desarrollo notable a lo largo de las décadas. En la década de 1970 y mediados de los años 80, hubo un crecimiento significativo en generación nuclear, con incrementos notables como los 62.3 TWh en 1975 y 56.6 TWh en 1985. Sin embargo, los años 90 vieron fluctuaciones en la energía nuclear, con una caída notable en 1997 de 48.8 TWh. En términos de energía hidroeléctrica, los aumentos y disminuciones han sido comunes a lo largo del tiempo, destacando una disminución de 65.3 TWh en 2001. En años más recientes, la energía eólica experimentó un incremento significativo en 2022 con 56.1 TWh, y la solar continuó esta tendencia con un aumento de 64.2 TWh en 2024, subrayando el potencial creciente de estas fuentes de energía limpia y su importancia para una matriz energética más sostenible y segura en el futuro.