Brasil ha logrado un impresionante 91.52% de su electricidad a partir de fuentes de baja en carbono en el período de agosto de 2023 a julio de 2024. La energía hidroeléctrica sigue siendo la principal fuente, suministrando poco más del 60% de la electricidad. La energía eólica y solar también contribuyen significativamente, con un 13.41% y un 8.53%, respectivamente. En contraste, los combustibles fósiles representan solo un 8.48% de la generación de electricidad, lo que resalta el compromiso del país con la energía limpia. El desafío ahora es electrificar otros sectores como el transporte y la industria, lo que requerirá un aumento considerable en la generación de electricidad.
Para incrementar la generación de electricidad baja en carbono, Brasil debería enfocarse en expandir la energía eólica, dado su actual éxito y potencial en el país. Ampliar las instalaciones eólicas no solo aumentaría la capacidad eléctrica, sino que también complementaría la energía hidroeléctrica, especialmente en periodos secos. Además, considerar la expansión de la energía nuclear podría ser una estrategia eficaz, dado que proporciona un suministro constante y fiable de electricidad sin emisiones de carbono. La adopción de estas fuentes de energía reforzaría aún más la independencia energética de Brasil y contribuiría significativamente a la mitigación del cambio climático y la reducción de la contaminación del aire.
La historia de la electricidad baja en carbono en Brasil ha tenido sus altibajos. En los primeros años de la década de 1980, la energía hidroeléctrica incrementó significativamente, con aumentos en 1979 y 1984. Sin embargo, el 2001 marcó un año difícil con una disminución de 36.5 TWh. Posteriormente, se observó una recuperación constante desde 2002 hasta 2011, con incrementos notables en varios años. No obstante, entre 2013 y 2015, la generación hidroeléctrica cayó nuevamente. Afortunadamente, hubo un incremento importante en 2016 y otro notable en 2018. En 2021, la energía eólica aumentó significativamente con +15.2 TWh, mientras que la hidroeléctrica se redujo en 33.6 TWh. Finalmente, en 2022 y 2023, se experimentaron aumentos notables en la energía hidroeléctrica, solar y eólica, consolidando el creciente compromiso de Brasil con las tecnologías de baja en carbono.