En Brasil, actualmente, más del 89% de la electricidad proviene de fuentes bajas en carbono, lo que destaca como un logro significativo en el camino hacia un sistema eléctrico más limpio. De esta cifra, la energía hidroeléctrica constituye más de la mitad del total con un 57.46%, seguida de cerca por la energía eólica que aporta casi un 14% y la solar con un 9%. La energía nuclear también contribuye, aunque en menor medida, con un poco más del 2%. Por otro lado, los combustibles fósiles representan el 10.79% de la generación eléctrica, siendo el gas el más predominante con un 7.12%, seguido del carbón y el petróleo con porcentajes mucho menores. Este panorama resalta la necesidad de Brasil no solo de mantener su liderazgo en generación de electricidad limpia, sino de expandirla para poder electrificar sectores como el transporte, la calefacción y la industria, los cuales requieren un aumento significativo en la demanda de electricidad.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Brasil podría centrarse en la expansión de las tecnologías ya exitosas como la energía eólica, dado su considerable aporte actual. Ampliar la capacidad eólica, por ejemplo, puede proporcionar un camino viable hacia una mayor independencia energética y ayudará a reducir la dependencia de los combustibles fósiles, que contribuyen en gran medida al cambio climático y la contaminación atmosférica. Además, potenciar la energía solar podría complementar este crecimiento, maximizando el uso de sus recursos naturales masivos. Asimismo, invertir en la expansión de capacidades nucleares se presenta como una opción sólida para aportar energía limpia de manera continua y confiable.
Observando la historia de la electricidad baja en carbono en Brasil, se destacan los logros en décadas pasadas, especialmente en el área hidroeléctrica. En los años iniciales de la década de 1980, la energía hidroeléctrica experimentó aumentos significativos de generación, como los 13.8 TWh en 1979 y los 16.6 TWh en 1984. Sin embargo, ciertos años como 2001 y 2013 vieron descensos notables de 36.5 TWh y 24.4 TWh, respectivamente. A pesar de estos desafíos, la década de 2000 mostró una tendencia general de recuperación con incrementos constantes en la capacidad hidroeléctrica. En años históricos más recientes, como 2022, Brasil consiguió un notable incremento de 64.3 TWh en el sector hidroeléctrico. Más recientemente, la energía solar y eólica han demostrado un crecimiento constante, con aumentos de 21.3 TWh en solar y 13.9 TWh en eólica en 2023. Este desarrollo subraya el compromiso del país con una matriz energética cada vez más limpia y su capacidad para superar desafíos pasados, yendo hacia un futuro más sostenible.