Brasil ha logrado un hito considerable en su consumo de electricidad, obteniendo más del 88% de ella de fuentes de baja en carbono. Más de la mitad de esta electricidad proviene de energía hidroeléctrica, mientras que casi una sexta parte proviene de energía eólica. La energía solar también aporta prácticamente el 10% del total, contribuyendo significativamente al panorama energético limpio del país. Los combustibles fósiles, por otro lado, representan un poco más del 11% de la generación eléctrica total, con el gas liderando este segmento. La energía nuclear, aunque pequeña, también forma parte de las fuentes de baja en carbono, destacándose como una opción crucial para fortalecer la independencia energética del país a largo plazo. Con estos logros, Brasil se enfrenta ahora al desafío de electrificar aún más sectores clave como el transporte, la calefacción y la industria, lo que requerirá un aumento considerable en la producción eléctrica.
¿Está creciendo la electricidad en Brasil?
No obstante, cuando se analiza el crecimiento de la electricidad en Brasil, se puede observar una ligera disminución en el consumo eléctrico per cápita. En el año 2025, el consumo total de electricidad fue de 3525 kWh por persona, lo que representa un descenso de 60 kWh por persona respecto al récord anterior de 2024. De manera similar, la electricidad generada a partir de fuentes de baja en carbono fue de 3126 kWh por persona en 2025, disminuyendo en 30 kWh por persona en comparación con el año récord anterior. Este descenso, aunque relativamente pequeño, es motivo de preocupación, ya que el país necesita continuar aumentando su capacidad de generación de electricidad limpia para satisfacer la creciente demanda futura.
Sugerencias
Para incrementar la generación de electricidad baja en carbono, Brasil puede centrarse en la expansión de la energía eólica, que ya está generando una cantidad significativa de electricidad. Asimismo, la adopción de tecnologías solares y nucleares presenta una oportunidad favorable no solo para cubrir la demanda eléctrica creciente, sino también para disminuir aún más la dependencia de los combustibles fósiles y sus consecuencias negativas, como el cambio climático y la contaminación del aire. Invertir en estas fuentes de energía limpia no sólo mejorará la sostenibilidad energética del país, sino que también contribuirá a cumplir con los objetivos globales de reducción de emisiones.
Historia
En la historia de la electricidad baja en carbono en Brasil, la energía hidroeléctrica ha jugado un papel crucial. Durante la década de 1980 y principios del 2000, hubo incrementos notables como en 1984 con un crecimiento de 16.6 TWh y en 2002 con 18.2 TWh adicionales. Sin embargo, en años como 2001 y 2013, la hidroeléctrica vio caídas significativas de 36.5 TWh y 24.4 TWh, respectivamente, las cuales fueron críticas para el país. En otra línea, la última década ha visto inversiones exitosas en energía eólica y solar, con el año 2021 destacándose con un incremento de 15.2 TWh para la energía eólica y, más recientemente, en 2023 y 2024, la energía solar ha mostrado un crecimiento acelerado de más de 20 TWh por año. Estas nuevas tecnologías brindan un horizonte prometedor para un Brasil más limpio y eficiente en términos energéticos.
Electrificación
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