Francia ha alcanzado un notable avance en el ámbito de la generación de electricidad limpia, obteniendo más del 96% de su electricidad a partir de fuentes de energía bajas en carbono. De este impresionante porcentaje, casi el 68% proviene de la energía nuclear, demostrando la fuerte dependencia y eficacia de Francia en esta tecnología para asegurar una generación eléctrica constante y baja en carbono. La energía hidroeléctrica aporta alrededor del 14%, mientras que la eólica y la solar suman casi un 13% combinadas. En contraste, las fuentes fósiles apenas contribuyen con poco más del 3% del total de la electricidad. Esta orientación hacia las fuentes bajas en carbono no solo destaca el compromiso de Francia con un futuro más sostenible, sino que también la posiciona como un exportador neto significativo de electricidad, ayudando a sus vecinos a alcanzar metas más verdes y reduciendo sus emisiones en el proceso. El siguiente desafío para Francia es electrificar sectores esenciales como el transporte, la calefacción y la industria, lo cual demandará una mayor producción eléctrica.
Para incrementar aún más la generación de electricidad baja en carbono, Francia debería enfocarse en la expansión de tecnologías nucleares, así como en la ampliación de sus capacidades eólicas y solares. La energía nuclear, ya una pieza central de la infraestructura eléctrica del país, ofrece un camino claro para aumentar la producción de electricidad sin emisiones adicionales de carbono, gracias a su capacidad para generar grandes volúmenes de energía de manera continua. Además, continuar apoyando y desarrollando la energía eólica y solar permitirá diversificar el portafolio de fuentes de energía limpia, aprovechando los recursos naturales renovables del país, como el viento y la luz solar. Esta combinación de esfuerzos contribuirá a satisfacer la creciente demanda eléctrica, mientras se mantiene el compromiso con la sostenibilidad y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
La historia de la electricidad baja en carbono en Francia ha sido una historia de expansión constante y significativa, especialmente a través de la construcción de un impresionante parque nuclear. En la década de 1980, Francia experimentó un crecimiento robusto en su capacidad de energía nuclear, con incrementos anuales significativos, como en 1981 con 44.1 TWh y en 1984 con 47 TWh. Sin embargo, en los últimos años, ha habido algunas caídas notables, especialmente en 2022, cuando la producción nuclear disminuyó en 84.6 TWh, lo que resalta la importancia de continuar invirtiendo en su mantenimiento y desarrollo. En el último año, 2024, se registró nuevamente un incremento de 24.4 TWh en energía nuclear y un crecimiento de 23.1 TWh en energía hidroeléctrica, demostrando el potencial persistente de estas fuentes para contribuir a la matriz eléctrica de Francia. Estos esfuerzos subrayan el compromiso de Francia con asegurar una generación de electricidad confiable y limpia para el futuro.