Francia ha logrado un impresionante avance en su consumo de electricidad al obtener más del 94% de su electricidad de fuentes bajas en carbono. Es notable que casi el 68% de esta electricidad es generada por energía nuclear, consolidando a Francia como un líder en la utilización de tecnologías limpias. Además, alrededor del 20% proviene de energías renovables, incluida la hidroeléctrica y la eólica. La contribución de combustibles fósiles sigue siendo mínima, representando solo un 5.75% de la generación total, lo que reduce significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero. Un logro adicional de Francia es su papel como exportador neto de electricidad, ayudando a países vecinos a reducir sus propias emisiones de carbono. No obstante, el próximo desafío reside en electrificar sectores como el transporte, la calefacción y la industria, lo que demandará un incremento en la generación eléctrica de fuentes bajas en carbono.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Francia puede aprovechar su experiencia y éxito en energía nuclear. Ampliar la capacidad nuclear podría satisfacer de manera efectiva la creciente demanda de electricidad limpia y segura. Además, seguir invirtiendo en energía eólica y solar permitirá diversificar el suministro eléctrico y mejorar la sostenibilidad a largo plazo. La combinación de estas fuentes garantizará una provisión estable y flexible que soporte el avance hacia un futuro con menores emisiones de carbono. Concentrarse en estas tecnologías no solo supondrá beneficios ambientales, sino también económicos, al impulsar la competitividad y la independencia energética de Francia.
El historial de electricidad baja en carbono en Francia revela un enfoque prolongado hacia la energía nuclear desde hace décadas. En los inicios de la década de 1980, Francia vivió un auge en la producción de electricidad nuclear con un notable incremento anual de más de 20 TWh. Sin embargo, los años recientes han mostrado señales de volatilidad, con un significativo decrecimiento en algunas ocasiones, como en 2009 y 2016, cuando la generación nuclear disminuyó considerablemente. La caída más pronunciada empezó en 2020, pero se observa una recuperación en 2023 y 2024, con incrementos de más de 40 TWh. Es fundamental que Francia mantenga y amplíe su infraestructura nuclear para seguir logrando, de manera constante, un suministro abundante y limpio que se necesita para los planes futuros de electrificación y reducción de emisiones.