En el periodo comprendido entre noviembre de 2023 y octubre de 2024, Alemania ha experimentado una notable distribución en su consumo de electricidad. Más de la mitad de toda la electricidad consumida provino de fuentes de energía limpias, específicamente un 62.54%. Dentro de estas fuentes bajas en carbono, la energía eólica lidera con aproximadamente un 31%, seguida de la energía solar y los biocombustibles, ambos generando una décima parte cada uno, y la energía hidroeléctrica contribuyendo con un porcentaje similar. Por otro lado, los combustibles fósiles aún ocupan una parte considerable del mix eléctrico alemán, representando aproximadamente un 32%, siendo el carbón el principal contribuyente con cerca de una quinta parte, seguido por el gas. Además, Alemania ha tenido que recurrir a importaciones netas, que cubren un pequeño porcentaje de sus necesidades eléctricas.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Alemania podría considerar la expansión de sus ya significativas capacidades de energía eólica y solar. Aprender de países como Dinamarca, que ha logrado generar casi el 60% de su electricidad a partir del viento, podría ser invaluable para Alemania. Asimismo, Alemania podría beneficiar enormemente de mirar a Francia, donde un asombroso 67% de la electricidad proviene de su robusto sector nuclear. Establecer una infraestructura nuclear más sólida podría reducir considerablemente la dependencia de los combustibles fósiles y ayudaría a mitigar el impacto ambiental negativo del carbón y el gas.
Históricamente, Alemania ha tenido una trayectoria fluctuante en la generación de electricidad baja en carbono. En los años finales de la década de 1970 y los años 1980, el país experimentó incrementos significativos en la generación de electricidad nuclear. Sin embargo, desde la década de 2000, ha habido declives notables, especialmente en 2011, cuando se observó una gran reducción de la producción nuclear. A pesar de estos retrocesos con la energía nuclear, la energía eólica mostró un crecimiento continuo desde 2011, con aumentos constantes hasta 2019, aunque sufrió un descenso en 2021. En los últimos años, también se observó una recuperación en la energía hidroeléctrica y crecimiento en energía solar y eólica, lo que resalta la importancia de estas tecnologías en el mix energético de Alemania.