Actualmente, en Alemania, el consumo de electricidad se distribuye de manera muy interesante entre fuentes bajas en carbono y fuentes de combustibles fósiles. Más de la mitad, específicamente el 58.5%, de la electricidad proviene de fuentes bajas en carbono, lo que incluye una significativa participación de la energía eólica, que representa el 27.27%, y la solar, con un 16.95%. También es notable el aporte de biocombustibles, aunque su porcentaje es menor. Por otro lado, los combustibles fósiles todavía representan un 38.92% de la generación eléctrica del país, siendo el carbón el mayor contribuyente en este grupo con un 21.77%, seguido por el gas con un 15.56%. Las importaciones netas de electricidad son bastante reducidas, constituyendo sólo el 2.31% del consumo total entre diciembre de 2024 y noviembre de 2025.
Las fuentes de datos utilizadas en esta página incluyen ENTSOE, Eurostat, IEA y World Bank. Más sobre fuentes de datos →
¿Está creciendo la electricidad en Alemania?
En términos de crecimiento, el consumo de electricidad en Alemania presenta una disminución cuando se compara con registros históricos. En 2025, el consumo per cápita de electricidad es de 5589 kWh, una cifra considerablemente inferior al récord alcanzado en 2008 de 7906 kWh. Esta caída en el consumo puede estar relacionada con distintas políticas energéticas y económicas nacionales. A pesar de esto, la generación de electricidad baja en carbono también ha registrado una disminución desde su último pico en 2019, pasando de los 3825 kWh a los actuales 3270 kWh por persona, lo cual es preocupante pues refleja una baja de 555 kWh. Este declive en la producción de energía limpia representa un reto en el camino hacia un futuro más sostenible.
Sugerencias
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Alemania podría centrarse en expandir sus capacidades solar y eólica, ya que estas fuentes ya son responsables de una parte significativa de la generación eléctrica del país. A la par, Alemania podría aprender de otras regiones exitosas en esta área, como Francia, donde la energía nuclear constituye el 68% de su producción eléctrica. Igualmente, España y California destacan por su impresionante gestión de energía solar, con un 33% y un 29% respectivamente, lo que podría servir de ejemplo a seguir. La expansión significativa en estas áreas no solo ayudaría a reducir la dependencia de los combustibles fósiles y sus impactos negativos, como el cambio climático y la contaminación del aire, sino que también sentaría las bases para un sistema energético más limpio y resiliente en el futuro.
Historia
Históricamente, la energía baja en carbono ha experimentado altibajos en Alemania, especialmente en lo que respecta a la energía nuclear. En la década de 1980, se dieron incrementos significativos en la producción nuclear, alcanzando puntos altos en 1984 y 1985. Sin embargo, desde 2007, la generación nuclear ha ido cayendo de manera destacable, con importantes descensos en años clave como 2011, 2022 y 2023. Este declive ha sido en parte compensado por un aumento en la energía eólica, que ha experimentado notables aumentos, especialmente desde 2015. Por otro lado, los biocombustibles mostraron una caída en 2020, aunque en 2025 hubo una recuperación considerable en su generación. Para mantener el impulso hacia un mayor uso de energía limpia, es esencial que Alemania considere revitalizar su sector nuclear, mirándose en el ejemplo de otros países que han logrado con éxito integrar la energía nuclear como una parte sustancial de su matriz energética.