En 2024, la electricidad en Alemania se divide principalmente en dos categorías: energía baja en carbono y combustibles fósiles. Más de la mitad de la electricidad está generada por fuentes bajas en carbono, representando un 54.53% del total. De estas fuentes, la energía eólica y solar son las más notables, contribuyendo juntas con cerca del 41%. La energía eólica, con un 26.56%, es la mayor fuente de electricidad baja en carbono, seguida por la solar que aporta un 14.13%. Los biocombustibles y la energía hidroeléctrica, con 9.14% y 4.66% respectivamente, también forman parte de esta categoría. En contraste, los combustibles fósiles continúan ocupando una parte significativa, un 40.4%, con el carbón a la cabeza con un 20.77%, seguido del gas con un 15.76%. Las importaciones netas de electricidad representan un modesto 5.07%.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Alemania puede expandir significativamente su capacidad de energía eólica y solar, que ya están desempeñando un papel crucial en su matriz energética. Países como Dinamarca han demostrado un impresionante liderazgo en energía eólica, generando un 52% de su electricidad de esta fuente, y representan un modelo a seguir que Alemania puede tomar en cuenta. Por otro lado, la energía nuclear también ofrece un camino viable hacia una generación de electricidad más limpia. Francia, por ejemplo, obtiene un 68% de su electricidad de fuentes nucleares. Alemania puede buscar aumentar la participación de la energía nuclear estudiando estos modelos exitosos de países cercanos y con desafíos energéticos similares.
A lo largo de las décadas, la trayectoria de la electricidad baja en carbono en Alemania ha sido diversa. Durante los años 70 y 80, la energía nuclear experimentó expansiones considerables con incrementos notables en 1977, 1984 y 1985. Sin embargo, el siglo XXI ha visto una disminución drástica de esta fuente, con caídas significativas en 2007, 2009 y especialmente a partir de 2011, lo que representa un preocupante retroceso en la lucha contra el cambio climático. A pesar de estas reducciones, desde principios de los años 2000, Alemania ha logrado avances en energía eólica, presentando un crecimiento constante que alcanzó su pico en 2017. Además, 2022 y 2023 han visto incrementos útiles tanto en solar como en eólica, lo que resalta el auge de estas tecnologías limpias. Sin embargo, es crucial criticar la notable reducción en la capacidad nuclear, ya que la energía nuclear representa una fuente baja en carbono fiable que Alemania debe reconsiderar para alcanzar sus metas de sostenibilidad energética.