Durante el periodo de los últimos doce meses, de octubre de 2023 a septiembre de 2024, el consumo de electricidad en Corea del Sur muestra que más de la mitad proviene de combustibles fósiles, específicamente un 58.19%, con el carbón representando aproximadamente un tercio y el gas cerca de un 27%. En contraste, la electricidad baja en carbono constituye un poco más del 41% del total. Dentro de esta categoría, la energía nuclear destaca como la mayor aportante, cubriendo un 30.6% del consumo de electricidad. Otras fuentes bajas en carbono, como la solar y la energía hidroeléctrica, suman en menor proporción con un 6.22% y un 1.53% respectivamente, mientras que los biocombustibles ofrecen una porción marginal del 1.98%.
Para que Corea del Sur aumente su generación de electricidad baja en carbono, sería beneficioso fomentar la expansión de sus plantas nucleares existentes, dado que ya tienen una base significativa en esta tecnología. Simultáneamente, se puede aprender de países como Francia y Eslovaquia, donde el componente nuclear representa el 68% y el 60% de su generación eléctrica, respectivamente, demostrando un fuerte liderazgo en energía baja en carbono. Además, aunque la energía eólica aún no es prominente en Corea del Sur, existe potencial para su expansión significativa, considerando la experiencia positiva de países como Dinamarca, donde alcanza un 59% de generación. La integración exitosa de energía solar, vista en naciones como Chile y Grecia con aproximadamente un 22%, también podría ser un camino viable para Corea del Sur.
A lo largo de la historia reciente, específicamente desde mediados de los años 80, Corea del Sur ha experimentado fluctuaciones significativas en cuanto a la generación nuclear. Durante los años 1986 a 2008, hubo incrementos notables en varios momentos, con aumentos destacados en años como 1988 y 1999. Sin embargo, entre 2013 y 2018, se produjeron declives importantes, marcados por caídas dramáticas en 2013 y 2017. A pesar de esto, la tendencia reciente desde 2019 ha mostrado un resurgimiento positivo, con incrementos continuos como el de 2022, lo que indica una recuperación robusta. En 2024, también hubo un incremento en la generación de energía solar, lo que sugiere un creciente enfoque hacia el desarrollo de energía baja en carbono. Esto resalta la importancia de seguir invirtiendo en tecnologías limpias y sostenibles para asegurar una matriz energética más ecológica y segura en Corea del Sur.