En Bolivia, el consumo de electricidad en 2024 muestra una clara predominancia de los combustibles fósiles, con más de la mitad de la electricidad (62%) generada a partir de gas. Sin embargo, un poco más de un tercio de la electricidad proviene de fuentes bajas en carbono, lo cual es positivo en términos de sostenibilidad. De estas fuentes limpias, la energía hidroeléctrica es la más significativa, contribuyendo con casi el 28% de la generación total. La energía eólica y los biocombustibles aportan casi el 4% cada una, mientras que la solar representa cerca del 3%. Estos datos reflejan un escenario mixto, donde el dominio de los combustibles fósiles está presente, pero hay una contribución relevante de las energías limpias, que presenta una oportunidad para un crecimiento más sostenible en el futuro.
¿Está creciendo la electricidad en Bolivia?
La electricidad en Bolivia está en una fase de crecimiento. El consumo de electricidad por persona alcanzó los 1009 kWh en 2024, superando el récord del año anterior de 975 kWh por persona. Este aumento de 33 kWh por persona indica un crecimiento moderado pero significativo en el consumo de electricidad, lo cual puede estar impulsado por el desarrollo económico y la creciente electrificación del país. De manera similar, la generación de electricidad baja en carbono también ha crecido, alcanzando 383 kWh por persona en 2024, lo cual es un aumento respecto al récord previo de 350 kWh por persona en 2021. Este crecimiento en la electricidad baja en carbono es un paso positivo hacia un sistema más sostenible.
Sugerencias
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Bolivia puede aprender de las experiencias de otros países que han logrado avances significativos en energías limpias. Por ejemplo, Uruguay genera casi el 28% de su electricidad usando energía eólica. Aprendiendo de estas experiencias, Bolivia podría aumentar su inversión en energías eólica y solar, adaptando innovaciones tecnológicas y políticas efectivas que han demostrado ser exitosas en estos países. La expansión de estas energías, junto con la evaluación de la energía nuclear como opción a largo plazo, podría ser crucial para disminuir la dependencia de los combustibles fósiles y reducir las emisiones de carbono.
Historia
La historia de la generación de electricidad baja en carbono en Bolivia, particularmente la hidroeléctrica, ha experimentado fluctuaciones. Desde la década de 1980, ha habido incrementos y disminuciones en la producción hidroeléctrica. Por ejemplo, en años como 1993, 1999, 2006 y varios años de la década de 2010, se registraron aumentos significativos en la generación hidroeléctrica. Sin embargo, también ha habido años, como 2014 y 2016, donde se experimentaron disminuciones. El año 2022 marcó un evento notable con la inclusión de la energía eólica, indicando un paso hacia la diversificación energética. En 2024, una vez más, se observó un repunte con un aumento de 0.5 TWh en la generación hidroeléctrica, subrayando el potencial continuo de las energías bajas en carbono en Bolivia. Estas tendencias indican que, aunque ha habido retos, hay un camino claro hacia la expansión de energías más limpias y sostenibles en Bolivia.
Electrificación
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