En Bolivia, para el año 2024, la mayor parte de la electricidad proviene de combustibles fósiles, específicamente el gas, que representa más del 60% del total de la generación eléctrica. Por otro lado, la electricidad baja en carbono conforma casi el 38% de la matriz energética, con la energía hidroeléctrica como la principal contribuyente, generando alrededor del 28%. La energía eólica también aporta con casi el 4%, mientras que los biocombustibles y la solar contribuyen con un poco más del 3% y casi el 3% respectivamente. A pesar de los considerables avances en la expansión de fuentes limpias, la dependencia significativa de combustibles fósiles para la generación de electricidad todavía persiste.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Bolivia puede considerar aprender del éxito de algunos países en el uso de tecnologías sostenibles. Países como Dinamarca y Uruguay han logrado avances significativos en la energía eólica, alcanzando el 52% y el 28%, respectivamente. Asimismo, Chile ha avanzado considerablemente en energía solar con un 22%. Bolivia podría estudiar la implementación de políticas similares para invertir en estas tecnologías sostenibles. Además, aunque actualmente no se utiliza la energía nuclear en Bolivia, observar los éxitos de países como Francia, donde la energía nuclear aporta el 68% de la electricidad, también podría beneficiar al desarrollo de una infraestructura nuclear en el futuro.
La historia de la electricidad baja en carbono en Bolivia muestra modestos avances, particularmente en energía hidroeléctrica a lo largo de las últimas décadas. En los años ochenta, la generación de energía hidroeléctrica presentó fluctuaciones marginales. En la década de 1990, tras algunos altibajos, se vio un incremento en 1999. A partir del año 2010, hubo incrementos intermitentes, alcanzando aumentos significativos en los años 2017, 2018 y 2019. En 2022, se observó una pequeña pero significativa incursión en la energía eólica, con un aumento de 0.3 TWh. En 2024, la energía hidroeléctrica volvió a experimentar un notable incremento, consolidando su relevancia en la matriz eléctrica baja en carbono del país.