En África subsahariana, el panorama del consumo de electricidad en el año 2022 muestra una notable dependencia de fuentes basadas en combustibles fósiles. Más de la mitad de la electricidad, un 61%, proviene de estos combustibles, con el carbón representando casi dos tercios de esa cifra. Sin embargo, hay también un esfuerzo significativo hacia la transición energética con la generación de casi el 37% de la electricidad a partir de fuentes bajas en carbono. Dentro de estas fuentes bajas en carbono, la energía hidroeléctrica destaca como la principal contribuyente, abarcando casi el 29% del total de la generación eléctrica. La energía eólica y solar representan por sí mismas porcentajes más modestos, alrededor del 2.5% cada una, mientras que la energía nuclear contribuye con casi un 2%.
¿Está creciendo la electricidad en África subsahariana?
El crecimiento del consumo de electricidad en África subsahariana no sigue una línea clara de progreso en términos de consumo total per cápita, que alcanzó en 2022 los 418 kWh, una disminución respecto al récord de 451 kWh alcanzado en 2012. Esta disminución es decepcionante y plantea preocupaciones sobre la capacidad de la región para satisfacer la demanda futura. Por otro lado, la generación de electricidad baja en carbono ha mostrado una ligera mejora, alcanzando 156 kWh per cápita en 2022, marcando un pequeño aumento respecto al año anterior. Este modesto avance en la producción de energía limpia indica un potencial para avanzar con políticas adecuadas.
Sugerencias
Para incrementar la generación eléctrica baja en carbono, África subsahariana puede beneficiarse al aprender de regiones exitosas. Por ejemplo, en países como Francia y Eslovaquia, la energía nuclear representa más del 60% de la generación eléctrica, demostrando que esta fuente es una opción viable y limpia. Por otro lado, regiones como Iowa y Dakota del Sur en los Estados Unidos han logrado generar más del 60% de su electricidad a partir del viento, siendo un ejemplo alentador de lo que África podría considerar en términos de energías verdes. Además, con el potencial solar que tiene el continente, aumentar la capacidad solar, como lo han hecho países como Líbano, que genera un significativo 31% de su electricidad a partir de esta fuente, sería una estrategia acertada.
Historia
En la historia reciente de la electricidad baja en carbono en África subsahariana, se han observado varios cambios. En la década de 2010, especialmente entre 2013 y 2014, hubo un aumento notable en la generación hidroeléctrica con incrementos de 2.7 y 6.8 TWh respectivamente. A partir de 2015, las energías eólica y solar comenzaron a ganar terreno, con incrementos de 2.4 TWh en el caso del viento y 1.8 TWh en el caso de la solar. Sin embargo, la energía nuclear ha enfrentado altibajos, con ciertos años, como 2018 y 2020, viendo disminuciones preocupantes de 2.6 y 3.3 TWh respectivamente. Estos descensos son inaceptables, y la región debe concentrarse en revitalizar y expandir su capacidad nuclear para sumar a un futuro energético más limpio y sostenible, complementado por un fuerte desarrollo en energía solar.