En el año 2022, la generación de electricidad en el África Subsahariana muestra una clara dependencia de los combustibles fósiles, los cuales representan un poco más del 61% de la electricidad total, con el carbón liderando este grupo con un poco más del 40%. Por otro lado, la electricidad baja en carbono constituye una proporción significativa de casi el 37% del total. Dentro de esta categoría, la energía hidroeléctrica es la más destacada, representando casi 29% del total, mientras que la solar y la eólica juntas suman alrededor del 5%, mostrando un potencial de crecimiento. La energía nuclear, aunque cerca del 2%, también forma parte de esta iniciativa verde y sostenible. Sin embargo, queda claro que hay una oportunidad considerable para aumentar la proporción de electricidad baja en carbono en la región.
Para incrementar la generación de electricidad baja en carbono, el África Subsahariana puede observar los ejemplos exitosos de otros países que han apostado intensivamente por energías como la nuclear y la eólica. Francia, por ejemplo, genera cerca del 68% de su electricidad a partir de energía nuclear, mostrando una clara dedicación a las tecnologías bajas en carbono. En términos de energía eólica, Dinamarca genera más de la mitad de su electricidad a partir de esta fuente, demostrando su viabilidad incluso en regiones con diferentes perfiles energéticos. Estos casos ilustran cómo una combinación de voluntad política y adaptación tecnológica puede llevar a un considerable incremento en la producción de energía limpia. Países más cercanos geográficamente, como Marruecos, también han demostrado avances notables en la energía eólica, alcanzando un 21% de su generación eléctrica desde esta fuente, lo que sugiere que la región tiene potencial para ampliar su uso.
El panorama histórico de la electricidad baja en carbono en África Subsahariana muestra un crecimiento gradual, especialmente en las áreas de energía hidroeléctrica, eólica y solar. En la última década, la energía hidroeléctrica ha mostrado un incremento continuo, con algunos años como 2018 experimentando aumentos de hasta 9,4 TWh. Tanto la energía eólica como la solar han comenzado a tener participaciones anuales significativas desde mediados de la década de 2010, con la energía eólica observando crecimientos en 2017 y 2021. Ciertos retrocesos en la energía nuclear, como los descensos en 2018 y 2022, podrían ser utilizados como lecciones para fortalecer la estrategia integral hacia un aumento sustentable de energía limpia.