En el año 2022, el consumo de electricidad en Togo presentó una distribución notable entre diferentes fuentes de energía. Más de la mitad de la electricidad proviene de combustibles fósiles, lo que plantea preocupaciones significativas en términos de contaminación ambiental y cambio climático. Las fuentes de electricidad baja en carbono, como la energía hidroeléctrica y solar, representan casi un tercio. Si comparamos esto con el promedio global de 3638 vatios por persona, Togo se encuentra significativamente por debajo, lo que puede traducirse en un acceso limitado a la electricidad, afectando el desarrollo económico y social del país.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Togo podría aprender de países exitosos en el uso de la energía eólica y solar. Por ejemplo, Brasil ha logrado generar más de 100 TWh a partir del viento, y India sigue un camino similar en el desarrollo de su energía solar. Estos ejemplos reflejan una estrategia de diversificación que Togo podría adoptar, considerando también su potencial geográfico y climático favorable. Además, la integración de energía nuclear, como lo hace Sudáfrica con con éxito al combinando solar, podría ser una opción viable y sostenible a largo plazo para mejorar su matriz eléctrica.
Mirando hacia el pasado, la historia de la electricidad baja en carbono en Togo ha estado marcada por variaciones menores a lo largo de las décadas, especialmente en la energía hidroeléctrica. Desde 1990, Togo ha experimentado pequeñas fluctuaciones anuales, generalmente en el rango de ±0.1 TWh. En 2021, la energía solar comenzó a emerger como una nueva adición al mix energético, aunque con un crecimiento aún modesto. Esta evolución refleja un tiempo considerable de estabilidad con esfuerzos recientes para diversificar las fuentes de energía limpia, y hay espacio para que Togo fortalezca y amplíe su infraestructura de electricidad baja en carbono en el futuro.