Actualmente, el consumo de electricidad en Togo se encuentra en una situación donde las importaciones netas alcanzan alrededor de 1.1 TWh en 2023. Observando la disponibilidad total por persona, Togo consume significativamente menos electricidad que el promedio mundial, situado en 3813 vatios por persona. Esto representa un gran desafío, ya que un nivel tan bajo de generación eléctrica puede limitar el desarrollo socioeconómico e industrial del país, dificultando el acceso a servicios esenciales como la salud y la educación, y afectando la calidad de vida de sus habitantes. Además, Togo depende mayoritariamente de energía proveniente de combustibles fósiles y también cuenta con pequeñas contribuciones de electricidad baja en carbono, específicamente en hidroeléctrica.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Togo podría aprender de naciones que han implementado exitosamente tecnologías sostenibles como la energía solar y eólica. Países como Brasil, con una generación de 108 TWh de energía eólica, o India, con 134 TWh de energía solar, son ejemplos de cómo las condiciones climáticas y geográficas similares pueden ser aprovechadas. Además, fomentar la energía nuclear, como se observa en Francia y Corea del Sur, también es un camino viable para garantizar una fuente constante y libre de carbono, diversificando la matriz energética de Togo. Integrar la energía solar, la eólica y en el futuro, posiblemente la energía nuclear, podría transformar el panorama energético del país hacia uno más limpio y autosuficiente.
Históricamente, Togo ha tenido altibajos en la generación de electricidad baja en carbono, principalmente centrada en la energía hidroeléctrica. Durante la década de 1990, la producción fluctuó ligeramente, sin grandes avances en su capacidad. Sin embargo, a partir de la década de 2000, hubo una estabilización significativa sin variaciones considerables aparte de pequeñas oscilaciones. En años más recientes, Togo ha comenzado a incorporar energía solar, con un cambio positivo de 0.1 TWh en 2021, marcando un nuevo inicio en su transición hacia energías más limpias. Aunque los avances han sido lentos, estos son pasos significativos hacia un futuro con mayor dependencia de electricidad baja en carbono.