En 2022, el consumo de electricidad en Togo presentaba características particulares en términos de fuentes de energía. La mayor parte del suministro eléctrico proviene de combustibles fósiles, con una dependencia significativa de petróleo y gas, mientras que la generación a partir de fuentes de energía baja en carbono, como la energía hidroeléctrica y solar, sigue siendo limitada. En términos per cápita, el consumo de electricidad en Togo es considerablemente menor que el promedio mundial de 432 vatios por persona, indicando una producción muy baja de electricidad. Esta escasez en la generación de electricidad puede tener múltiples efectos, como limitar el desarrollo industrial, restringir el acceso a servicios básicos, y afectar el bienestar y salud de la población.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Togo podría aprender de las estrategias implementadas por otros países. China, por ejemplo, ha aprovechado de manera impresionante la energía eólica y solar, generando 886 TWh y 584 TWh respectivamente. India también es un buen modelo, particularmente por sus proyectos solares que produjeron 113 TWh y su energía eólica con 82 TWh. La clave para Togo radica en invertir en tecnología de energía eólica y solar, así como considerar la construcción de plantas nucleares, siguiendo el ejemplo de Francia, donde la energía nuclear representa una parte significativa de la generación eléctrica con 336 TWh. Estas inversiones no solo garantizarían un suministro eléctrico confiable sino que también reducirían las emisiones de gases de efecto invernadero.
La historia de la electricidad baja en carbono en Togo ha estado dominada casi exclusivamente por la energía hidroeléctrica. Durante los años 90, hubo incrementos y decrementos modestos en la generación, con cambios anuales de aproximadamente 0.1 TWh. En la década del 2000, la generación hidroeléctrica experimentó más decrementos, notablemente en 2001 y 2013. Sin embargo, en el año 2019, se observó un incremento significativo de 0.2 TWh, para luego tener fluctaciones menores. A partir de 2021, también se comenzó a explorar la energía solar, aunque su contribución todavía es mínima. Esta trayectoria sugiere la necesidad de diversificar más las fuentes de energía baja en carbono para garantizar un suministro energético sostenido y sostenible en el país.