Noruega se encuentra en una posición destacada en términos del consumo de electricidad baja en carbono. En los últimos doce meses, de octubre de 2023 a septiembre de 2024, más del 98.9% de la electricidad consumida en el país provino de fuentes de energía limpia. En particular, la energía hidroeléctrica representó una amplia mayoría con un 89.16%, y la energía eólica contribuyó con un 9.26%. Solo un escaso 1.1% de la electricidad de Noruega se generó a partir de combustibles fósiles, específicamente gas. Este impresionante logro pone a Noruega en la vanguardia de la transición hacia una economía más sostenible. Sin embargo, el próximo desafío es electrificar otros sectores como el transporte, la calefacción y la industria, lo que requerirá aún más electricidad.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Noruega puede considerar varias estrategias. Una opción es expandir su capacidad de energía eólica tanto en tierra como en alta mar, aprovechando el vasto potencial eólico del país. Además, aunque Noruega no cuenta actualmente con generación nuclear, la consideración de construir plantas nucleares podría proporcionar una fuente constante y fiable de electricidad baja en carbono. La integración de más energía solar también puede jugar un papel importante, especialmente durante los meses de verano con más horas de luz. Combinando estas iniciativas, Noruega estaría mejor posicionada para satisfacer la demanda de electricidad de los sectores que aún dependen de los combustibles fósiles.
A lo largo de la historia, la generación de energía hidroeléctrica en Noruega ha experimentado fluctuaciones significativas. En la década de 1980, se observaron incrementos notables, como en 1981 con 9 TWh y en 1983 con 13 TWh adicionales. Sin embargo, también hubo declives considerables, como en 1991 y 1996, cuando la generación hidroeléctrica disminuyó en 10.8 TWh y 18.3 TWh respectivamente. El cambio de siglo vio tanto aumentos impresionantes, como en 2000 con un incremento de 20.4 TWh, como caídas marcadas, como en 2001 con una disminución de 21.3 TWh. En los últimos años, la tendencia ha continuado siendo variable, con aumentos significativos en 2005 y 2012, y disminuciones notables en 2006, 2019 y 2022. Estas variaciones reflejan no solo las condiciones hidrológicas sino también la necesidad de diversificar la matriz energética hacia otras fuentes bajas en carbono para asegurar un suministro más estable y limpio.