Noruega es un ejemplo sobresaliente en el uso de electricidad baja en carbono, ya que obtiene un impresionante 99% de su electricidad de fuentes limpias. Más de 90% de esta electricidad es generada por energía hidroeléctrica, y casi 9% proviene de la energía eólica. Este compromiso con la electricidad baja en carbono no solo beneficia al país internamente, sino que también le permite a Noruega ser un exportador neto significativo de electricidad, ayudando a las regiones vecinas a reducir sus emisiones. Sin embargo, el siguiente desafío para Noruega es electrificar otros sectores como el transporte, la calefacción y la industria, lo cual requerirá un aumento considerable en la generación de electricidad.
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¿Está creciendo la electricidad en Noruega?
Actualmente, el consumo de electricidad en Noruega ha experimentado una leve contracción en comparación con su récord histórico. En 2025, el consumo total de electricidad llegó a 28,717 kWh por persona, una caída de más de 3,000 kWh desde su récord en el año 2000. Similarmente, la generación de electricidad baja en carbono también disminuyó en más de 3,300 kWh per cápita desde el récord del año 2000. Este estancamiento en el crecimiento de la electricidad genera preocupación, especialmente considerando la creciente demanda energética para nuevos sectores y tecnologías emergentes.
Sugerencias
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Noruega podría considerar la expansión de la energía solar y nuclear. Mientras que la energía hidroeléctrica ha sido y seguirá siendo crucial, diversificar las fuentes de generación asegura no solo estabilidad sino también un margen de crecimiento mayor. La instalación de paneles solares podría aprovechar los meses de verano con largas horas de luz, y la energía nuclear ofrecería una fuente estable y confiable durante todo el año, satisfaciendo la creciente demanda de electricidad sin incrementar las emisiones de carbono.
Historia
A lo largo de las décadas, la evolución de la electricidad baja en carbono en Noruega ha estado claramente marcada por variaciones en la producción hidroeléctrica. En los años 80, específicamente en 1981 y 1983, se observaron incrementos significativos en la generación de energía hidroeléctrica. Posteriormente, el año 2000 fue testigo de un aumento masivo de más de 20 TWh. No obstante, han existido periodos de disminuciones notables, como en 1996 o 2003, cuando la producción cayó en alrededor de 18 y 24 TWh respectivamente. Hasta fechas más recientes, Noruega ha continuado ajustando su generación hidroeléctrica con incrementos como el observado en 2020 y algunas reducciones, como en 2022. Este patrón resalta la necesidad de consolidar otras fuentes de electricidad baja en carbono para asegurar un suministro constante y creciente de electricidad sostenible.