En el año 2023, Canadá se destaca por obtener más del 80% de su electricidad de fuentes de electricidad baja en carbono. Este impresionante logro incluye una gran dependencia de la energía hidroeléctrica, que aporta casi el 58% de la electricidad total. La energía nuclear también juega un papel esencial, contribuyendo con un 14%, y las energías eólica y solar suman aproximadamente un 7% del suministro eléctrico. Por otro lado, el uso de combustibles fósiles representa alrededor del 19% del total, con el gas como la principal fuente fósil, seguido del carbón. A pesar de estos avances, el próximo desafío para Canadá es electrificar otros sectores como el transporte, la calefacción y la industria, lo que requerirá la generación de mucha más electricidad.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Canadá puede seguir expandiendo su infraestructura nuclear, dado que esta tecnología ya contribuye significativamente a la matriz energética y produce grandes cantidades de electricidad sin emisiones de carbono. Además, la expansión de las energías eólica y solar también puede ayudar a diversificar las fuentes de electricidad limpia y sostenible. Estas medidas no solo reducirán la dependencia de los combustibles fósiles, que son responsables del cambio climático y la contaminación del aire, sino que también garantizarán un suministro energético más seguro y confiable para las futuras generaciones.
El desarrollo de la electricidad baja en carbono en Canadá ha tenido varios hitos importantes. En la década de 1980, la energía hidroeléctrica mostró un crecimiento significativo con aumentos notables en 1981 y 1984, aunque también hubo años de disminución, como en 1989. En los años 90, se observó un aumento notable en la generación nuclear, especialmente en 1993 y 1994. La primera década del siglo XXI estuvo marcada por fluctuaciones en la energía hidroeléctrica con aumentos y caídas significativas. En 2011, la energía hidroeléctrica creció considerablemente, aunque en 2023 experimentó una notable disminución. La historia de la electricidad baja en carbono en Canadá muestra un camino de crecimiento y adaptación, con la energía nuclear y la hidroeléctrica jugando papeles cruciales en este proceso.