En Canadá, el consumo de electricidad en 2024 destaca por su fuerte compromiso con la generación baja en carbono. Más de tres cuartas partes de la electricidad proviene de fuentes limpias, con la energía hidroeléctrica como líder, representando más de la mitad del total. La energía nuclear también juega un papel importante, aportando casi un 14% de la electricidad del país. Sin embargo, los combustibles fósiles aún forman alrededor del 21% del suministro eléctrico, con el gas como principal contribuyente. A pesar del uso aún presente de carbón y biocombustibles, su participación es mínima en comparación con el gas. Las energías eólica y solar, aunque todavía en crecimiento, contribuyen juntas con cerca de un 9% al total de electricidad generada, mostrando el potencial para un futuro más verde.
Para aumentar la generación baja en carbono, Canadá podría expandir su infraestructura nuclear, dado que ya tiene una base considerable en este tipo de energía limpia. Observando ejemplos internacionales, Canadá podría aprender de Francia y Eslovaquia, que generan más de la mitad de su electricidad de fuentes nucleares. Igualmente, debería considerar cómo países europeos, como Dinamarca e Irlanda, han capitalizado la energía eólica, generando más del 30% de su electricidad de esta manera. Aproximándose a estos modelos exitosos, Canadá podría reducir aún más su dependencia de combustibles fósiles y continuar liderando en producción de energía limpia.
La historia de la generación de electricidad baja en carbono en Canadá muestra una notable expansión de la energía hidroeléctrica en las décadas de los 70 y 80, con incrementos significativos en 1978, 1981 y 1984. Aunque hubo grandes descensos en años como 1989, 1998 y 2023, la energía hidroeléctrica sigue siendo un pilar clave. En los años 90, la energía nuclear vio importantes incrementos, especialmente en 1993 y 1994. A partir del nuevo milenio, continuaron las variaciones en la generación hidroeléctrica, mientras que la energía nuclear experimentó otro aumento significativo en 2004. Sin embargo, es fundamental que Canadá evite los retrocesos en energía nuclear, capitalizando sobre su potencial para el futuro de la generación eléctrica limpia.