En el año comprendido entre octubre de 2023 y septiembre de 2024, Canadá ha logrado un hito notable al obtener más de cuatro quintas partes, o exactamente 80.62%, de su electricidad de fuentes bajas en carbono. Esto incluye una contribución significativa de la energía hidroeléctrica con casi el 57% y la energía nuclear con cerca del 14%. La energía eólica y solar juntas representan más de un 8%, destacando el compromiso del país con fuentes de energía limpias y sostenibles. Sin embargo, aún se utiliza casi una quinta parte de la electricidad generada a partir de combustibles fósiles, siendo el gas la mayor parte de este segmento con un 14%, mientras que el carbón contribuye con alrededor del 4%. Esta dependencia de combustibles fósiles presenta una oportunidad para un mayor crecimiento en energía limpia, especialmente considerando la necesidad de electrificar sectores como el transporte, la calefacción y la industria para reducir las emisiones.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Canadá debería considerar expandir su infraestructura nuclear. Esta tecnología ya juega un papel crucial en el suministro de electricidad limpia del país y tiene el potencial de ofrecer aún más capacidad con una expansión apropiada. La energía nuclear es fundamental para garantizar una fuente constante y abundante de electricidad con bajas emisiones de carbono. Junto con la energía nuclear, Canadá puede seguir invirtiendo en energía eólica y solar, las cuales han demostrado ser esenciales para aumentar el porcentaje de electricidad limpia y diversificar el mix energético. Estas estrategias no solo ayudarán a disminuir la dependencia de los combustibles fósiles, sino que también promoverán un futuro más sostenible y resiliente en términos energéticos.
Históricamente, Canadá ha visto aumentos y disminuciones en la generación de electricidad baja en carbono, especialmente en energía hidroeléctrica y nuclear. En los años finales de la década de 1970 y a lo largo de los 80, la energía hidroeléctrica experimentó un crecimiento constante, mientras que en los años 90 hubo avances significativos en energía nuclear, particularmente en 1993 y 1994. Sin embargo, algunos descensos marcados en la producción hidroeléctrica a fines de los 80 y comienzos de los 2000 son notables, como en 1989, 1998 y 2001. Lamentablemente, en 2023 y 2024, la energía hidroeléctrica enfrentó reducciones significativas, con bajadas de 33.5 y 22.9 TWh respectivamente, lo cual subraya la importancia de contar con un mix energético equilibrado que pueda compensar tales fluctuaciones. A través de una expansión estratégica de la generación nuclear junto con un impulso en las energías eólica y solar, Canadá puede aspirar a reducir estas variaciones y fomentar una generación estable de electricidad baja en carbono.