En la actualidad, el consumo de electricidad en la Unión Europea muestra una fuerte inclinación hacia fuentes de energía bajas en carbono, constituyendo más del 73% del total. Las opciones de energía limpia se lideran principalmente con un significativo aporte de la energía nuclear, que representa casi una cuarta parte del suministro eléctrico. Además, la energía eólica y la hidroeléctrica también contribuyen considerablemente, con casi un 19% y alrededor del 17%, respectivamente. En contraste, las fuentes fósiles, aunque todavía presentes, comprenden aproximadamente un cuarto del mix energético, con el gas y el carbón a la cabeza, aportando un 13% y un 10% cada uno. La energía solar, aunque aún menor en comparación, se mantiene en un nivel creciente con casi el 10%. La transición hacia fuentes de energía bajas en carbono es claramente predominante y representa un avance hacia la sostenibilidad, reduciendo la dependencia de combustibles fósiles.
Para incrementar la generación de electricidad baja en carbono, la Unión Europea podría expandir su capacidad en tecnologías que ya contribuyen de manera significativa: la nuclear y la eólica. Tomando ejemplos de países similares, Francia ha demostrado el éxito con un notable 67% de su electricidad generada a partir de energía nuclear, lo que refuerza su estabilidad energética. Por otro lado, Dinamarca ha establecido un alto porcentaje de su generación eléctrica mediante energía eólica, alcanzando el 61%, liderando la innovación y implementación de tecnologías limpias. La UE puede aprender de estas experiencias exitosas para fortalecer su propio mix energético sostenible, especialmente mejorando la infraestructura y capacidad en nuclear y eólica, que ya muestran ser opciones viables y eficientes.
El recorrido histórico de la electricidad baja en carbono en la UE presenta notables cambios, especialmente en la energía nuclear y la hidroeléctrica. En la década de 1980, la energía nuclear experimentó un considerable crecimiento con incrementos anuales importantes como en 1985, donde aumentó en 113 TWh. Sin embargo, en años más recientes, esta tendencia se ha invertido con significativas reducciones, como en 2022, que observó una caída de 122,5 TWh. Simultáneamente, el año 2023/2024 registró un aumento notable en la energía hidroeléctrica de más de 113 TWh, sugiriendo una recuperación y expansión en esta área. El desarrollo de la energía eólica también ha sido significativo, con 50,8 TWh adicionales en 2023, reflejando una consolidación de las energías limpias como pilar fundamental del abastecimiento energético en la Unión Europea. Es crucial capitalizar sobre el progreso logrado, reforzando y revitalizando el papel de la energía nuclear, eólica y otras opciones de baja emisión en el camino hacia un futuro energético sostenible.