Actualmente, en la Unión Europea, más de las tres cuartas partes de la electricidad provienen de fuentes de electricidad baja en carbono, resaltando un notable compromiso con la energía limpia. Con alrededor del 24% de la electricidad generada a partir de combustibles fósiles, un cambio significativo hacia fuentes de energía más sostenibles como la nuclear, la eólica y la hidroeléctrica es evidente. La energía nuclear juega un papel crucial, representando casi una cuarta parte de la totalidad de la electricidad generada, mientras que la energía eólica y la hidroeléctrica constituyen aproximadamente el 19% y el 17%, respectivamente. Las fuentes de combustibles fósiles están disminuyendo gradualmente, con el gas y el carbón generando alrededor del 13% y 10% cada uno, lo que refleja un esfuerzo continuo por reducir la dependencia de las fuentes que impactan negativamente el medio ambiente.
Para potenciar la generación de electricidad baja en carbono, la UE podría expandir aún más sus capacidades nuclear y eólica, que ya están aportando cantidades significativas al mix eléctrico. Francia y Eslovaquia se destacan por su fuerte dependencia de la energía nuclear, generando 67% y 60% de su electricidad, respectivamente, demostrando que con inversión y políticas efectivas es posible lograr un gran avance en este sector. En el sector eólico, ejemplos destacados son Dinamarca, que genera un impresionante 59% de su electricidad de esta manera, y Alemania, con un 31%. Con este modelo en mente, la UE podría beneficiarse de seguir sus pasos, creando un entorno aún más propicio para la adopción de tecnologías bajas en carbono, a partir de incentivos e infraestructuras necesarias.
En términos históricos, la generación de electricidad baja en carbono en la UE ha experimentado cambios significativos a lo largo de las décadas. En los años 80, la energía nuclear vio un notable incremento, especialmente en 1981 y 1984, con aumentos de 80 y 103 TWh respectivamente. Sin embargo, los tiempos más recientes han visto algunos descensos, incluyendo un importante decrecimiento en 2022 de 122.5 TWh en generación nuclear. En contrapartida, ha habido incrementos notables en la energía hidroeléctrica y eólica, especialmente en los años 2018 y 2023, respectivamente, con aumentos significativos de cerca de 50 TWh cada uno. Estos datos demuestran la evolución continua hacia un sector energético más verde, con la constante expansión de las tecnologías eólicas y solares, a pesar de algunos retrocesos en el sector nuclear en la última década.