En el año 2024, la generación de electricidad en la Unión Europea muestra un enfoque significativo hacia fuentes bajas en carbono, representando más del 71% del total. De estas, la energía nuclear y eólica son las más destacadas, proporcionadas por casi una cuarta parte y cerca de una quinta, respectivamente. La energía solar también juega un papel importante, contribuyendo con algo más del 11%, mientras que la energía hidroeléctrica ronda el 13%. Por otro lado, los combustibles fósiles todavía comprenden cerca del 29% del suministro eléctrico, con el gas y el carbón como los actores principales, contribuyendo cada uno con aproximadamente el 16% y 10%. A pesar de esta dependencia persistente de fuentes fósiles, el progreso hacia una electricidad más limpia es evidente y va en línea con las metas de sostenibilidad a largo plazo de la UE.
Para incrementar la generación de electricidad baja en carbono, la UE puede centrarse en expandir su capacidad nuclear, eólica y solar. Países como Francia y Eslovaquia han demostrado un liderazgo notable en energía nuclear, produciendo un 68% y 62% de su electricidad respectivamente mediante esta fuente, lo cual sirve de inspiración. Asimismo, Dinamarca está a la vanguardia en la energía eólica, generando más de la mitad de su electricidad gracias a esta tecnología. La capacidad solar podría aprender del ejemplo de Líbano, donde casi un tercio de la electricidad proviene de esta fuente. Al replicar estas estrategias exitosas y aumentar la inversión en estas tecnologías, la UE puede reducir aún más su dependencia de los combustibles fósiles.
En la historia reciente de la UE, la energía baja en carbono, especialmente nuclear, ha jugado un papel crucial. En la década de los 80, la generación de electricidad nuclear experimentó un crecimiento significativo, destacando el año 1985 con un aumento más allá de los 100 TWh. Sin embargo, en las décadas siguientes, especialmente desde 2009, la energía nuclear ha visto disminuciones preocupantes que alcanzaron su punto más alto en 2022 con una caída de más de 120 TWh. La energía hidroeléctrica también ha sufrido altibajos, con descensos significativos en algunos años como 2011 y 2022, aunque con cierta recuperación posterior. No obstante, el crecimiento en la capacidad eólica y solar ha sido notable, especialmente en los últimos años con el aumento de generación solar en más de 51 TWh en 2024, lo que subraya una tendencia hacia una matriz eléctrica más sostenible y resiliente en Europa.