Basándonos en nuestro modelo de pronóstico, utilizando datos reales de los primeros 11 meses del año 2023 y pronósticos para el último mes, podemos diversas conclusiones sobre la situación energética de España. Las cifras nos dicen que más de las tres cuartas partes de la electricidad en el país provienen de fuentes de energía baja en carbono. De este madeo, el viento y la energía nuclear aportan casi un cuarto de la electricidad cada uno, seguido de cerca por el gas. Las energías hidroeléctrica y solar aportan algo más del 15% cada una, mientras que los biocombustibles y el carbón representan tan solo una pequeña fracción de la energía generada.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, España puede aprender de países exitosos y expandir las tecnologías existentes en nuclear, eólica y solar. Francia, por ejemplo, genera el 66% de su electricidad a través de la energía nuclear, al igual que Eslovaquia y Ucrania que superan el 50%. Por otro lado, Dinamarca utiliza la energía eólica para generar el 59% de su electricidad. Cabe destacar que estos países y tecnologías energéticas son notables y similares a España, lo que sugiere un camino a seguir para la transición energética.
En términos históricos, la generación eléctrica de origen de baja carbono en España ha experimentado vaivenes, con fluctuaciones notables en la producción de energía hidroeléctrica. Por ejemplo, en la década de los 80s hubo un aumento significativo en la generación de energía nuclear, mientras que la energía hidroeléctrica experimentó altibajos marcados a lo largo de los años. Sin embargo, en los últimos años, la producción de energía hidroeléctica ha mostrado una tendencia creciente, a pesar de los periodos de descenso.