En el año 2023, España ha logrado que más de dos tercios de su generación eléctrica provenga de fuentes de electricidad baja en carbono, lo que equivale aproximadamente al 70% de su electricidad. Las principales contribuciones a este sector provienen de la energía eólica y la nuclear, con cerca del 23% y el 20%, respectivamente. La energía solar también juega un papel muy significativo, generando alrededor del 17% de la electricidad. La energía hidroeléctrica está detrás de otro 9%, mientras que las energías geotérmica y biocombustibles aportan cerca del 2%. En cuanto a los combustibles fósiles, representan un poco más de una cuarta parte del total de la electricidad, siendo el gas la mayor fuente del grupo con aproximadamente el 22%, seguido por el petróleo y el carbón con un 4% y 2% respectivamente.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, España debería expandir las tecnologías que ya han demostrado ser exitosas en el país, como la nuclear, la eólica y la solar. Observando ejemplos de éxito internacional, Francia y Eslovaquia tienen una alta dependencia de la energía nuclear, generando 65% y 62% de su electricidad, respectivamente, a partir de esta fuente. Del mismo modo, Dinamarca ha alcanzado el 53% de generación eléctrica a partir de energía eólica. Estas cifras demuestran que con una inversión y planificación adecuada, es posible desarrollar una infraestructura fuerte y confiable de baja emisión. España puede beneficiarse de las políticas y tecnologías implementadas por estos países para maximizar su capacidad de generación de electricidad limpia.
A lo largo de las últimas décadas, España ha experimentado diversas fluctuaciones en la generación de electricidad baja en carbono, especialmente en el área de la energía hidroeléctrica. En 1977, hubo un aumento significativo de 18.7 TWh en la generación hidroeléctrica, mientras que en 1980 y 1989 se observó una caída considerable en esta fuente. La energía nuclear mostró un crecimiento notable en 1984 con un incremento de 12.4 TWh. La tendencia de la energía hidroeléctrica siguió fluctuando, con descensos y aumentos significativos, especialmente en los años 1996, 2001, 2003 y 2010. En 2023, la energía solar experimentó un crecimiento importante de 11.1 TWh. Estas variaciones subrayan la importancia de diversificar las fuentes de electricidad baja en carbono para mantener la estabilidad y la seguridad energética del país.