España ha logrado un hito impresionante en su consumo de electricidad, ya que más del 82% de su electricidad proviene de fuentes bajas en carbono. Este avance resalta el compromiso del país con la disminución de emisiones y la adopción de energía limpia. La energía eólica, nuclear, hidroeléctrica y solar desempeñan roles importantes, cada una contribuyendo de manera significativa al suministro eléctrico. La energía eólica provee un poco más del 22%, la nuclear cerca del 20%, la hidroeléctrica casi el 19% y la solar alrededor del 18%. En contraste, los combustibles fósiles, como el gas y el carbón, solo constituyen aproximadamente el 18% de la electricidad en España. Sin embargo, para continuar avanzando en el uso de energía limpia, el siguiente desafío es la electrificación de otros sectores como el transporte y la industria, lo cual demandará una mayor generación eléctrica.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, España puede enfocarse en la expansión de tecnologías que ya han demostrado ser eficaces. Incrementar la capacidad de energía nuclear puede ofrecer una fuente continua y fiable de electricidad limpia. Simultáneamente, la ampliación de las instalaciones de energía eólica y solar permitirá a España aprovechar las abundantes condiciones geográficas favorables para estas tecnologías. Estas expansiones no solo continuarán la tendencia actual hacia la sostenibilidad, sino que también crearán oportunidades económicas y de empleo en sectores avanzados de tecnología.
En la historia de la generación de electricidad baja en carbono en España, se observan fluctuaciones significativas, especialmente en la generación hidroeléctrica. En la década de 1970, hubo un aumento notable seguido por una caída a principios de los 80. A partir de 1984, la energía nuclear comenzó a jugar un papel preponderante con un aumento sustancial. Las variaciones en la hidroeléctrica continuaron en los años siguientes, con aumentos notables a mediados de los 90 y fluctuaciones en la década del 2000. Recientemente, en 2023, la energía solar ganó terreno con un importante incremento, y en 2024, vemos un destacado aumento en la energía hidroeléctrica. Esta trayectoria muestra un compromiso a largo plazo hacia la energía limpia, y las recientes expansiones sugieren una dirección firme hacia un futuro más sostenible.