Actualmente, España se encuentra en una etapa crucial de transición energética, donde más de tres cuartas partes de su electricidad proviene de fuentes bajas en carbono. Desde noviembre de 2024 hasta octubre de 2025, uno de los principales contribuyentes de electricidad limpia ha sido la solar, con un poco más del 21%. Aunque los combustibles fósiles, como el gas y el petróleo, todavía representan un fragmento de alrededor de una cuarta parte de la generación total de electricidad, la dependencia del gas es notable, situándose en aproximadamente 21%. También desempeñan un papel importante la energía eólica y la nuclear, ambas contribuyendo con alrededor del 20% y 18%, respectivamente. La energía hidroeléctrica mantiene su relevancia, representando casi el 14% de la generación total. Sin embargo, el uso de combustibles fósiles, aunque reducido, aún implica impactos negativos en el medio ambiente y el cambio climático, lo que subraya la importancia de seguir impulsando la electricidad baja en carbono.
Las fuentes de datos utilizadas en esta página incluyen EIA, Ember, ENTSOE, Eurostat, IEA y World Bank. Más sobre fuentes de datos →
¿Está creciendo la electricidad en España?
En cuanto al consumo de electricidad, España ha mostrado un descenso en la demanda per cápita. La cifra más reciente para 2025 es de 5668 kWh por persona, inferior al récord registrado en 2008 de 6786 kWh por persona, marcando una disminución de más de 1100 kWh por persona desde el máximo histórico. En términos de generación de electricidad baja en carbono, aunque los niveles casi han alcanzado los máximos históricos de 4288 kWh por persona en 2024, se ha mantenido prácticamente constante con solo una ligera disminución este año. Esto sugiere que, aunque hay un fuerte compromiso con la electricidad limpia, el crecimiento general de la generación eléctrica, que es vital para la electrificación futura y el crecimiento en varias industrias, necesita una mayor atención.
Sugerencias
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, España podría beneficiarse de expandir su capacidad de energía nuclear, eólica y solar, ya que estas tecnologías ya están establecidas en el país. Al observar las prácticas exitosas en otras regiones, Francia destaca con un porcentaje del 69% de energía nuclear en su mezcla eléctrica, lo cual puede servir como modelo para una escalada nuclear en España. De igual manera, la elevación en el uso de la solar, inspirándose en países con altos porcentajes de este tipo de energía como Uruguay, podría ser extremadamente beneficioso. Además, regiones de EE.UU. como Iowa y Dakota del Sur, con alta proporción de energía eólica, demuestran el potencial de maximizar esta fuente en España. Al expandir estas tecnologías, España puede asegurar su camino hacia un futuro más verde y sostenible.
Historia
La historia de la electricidad baja en carbono en España refleja un patrón de fluctuaciones, especialmente en la generación hidroeléctrica. A finales de los años setenta y en los años ochenta, el país experimentó caídas significativas en la generación hidroeléctrica, interrumpidas por un significativo aumento en 1984 con la energía nuclear. Durante los años noventa y principios de los 2000, la variabilidad continuó predominando en la energía hidroeléctrica. Sin embargo, un cambio positivo se observa en la última década con un crecimiento significativo y constante en la generación solar, destacándose especialmente en los años 2023 y 2025. Este progreso reafirma la necesidad de fortalecer la inversión y expansión en tecnologías bajas en carbono que han mostrado un crecimiento consistente, en lugar de depender de fuentes sujetas a variabilidad e incertidumbre.