En el año 2024, el consumo de electricidad en la República Popular China muestra una notable división en sus fuentes de generación, con un marcado predominio de los combustibles fósiles, que representan más de la mitad del total, específicamente un 62%. El carbón es el principal actor en este grupo con un 58% de la generación. Por otro lado, la electricidad baja en carbono alcanza un 38%, un sector donde la energía hidroeléctrica tiene una notable participación de casi 13.5%, seguida de cerca por la energía eólica con un 10% y la energía solar con un 8%. La energía nuclear suma aproximadamente un 4.4%, completando la contribución de las fuentes limpias. El gas y los biocombustibles tienen participaciones menores, con un 3% y un 2%, respectivamente, dentro del total de fuentes energéticas.
Para incrementar la generación de electricidad baja en carbono, China puede aprender de experiencias exitosas en otros países, especialmente en aquellos que utilizan energía nuclear y eólica de manera significativa. Francia, por ejemplo, genera una impresionante cantidad de electricidad a partir de energía nuclear, alcanzando el 68% de su total. Este modelo podría ser inspirador para China, al igual que las altas tasas nucleares de países como Eslovaquia y Ucrania. Por otro lado, el ejemplo de Dinamarca, donde la energía eólica comprende el 52% de la electricidad, muestra cómo un fuerte enfoque en esta tecnología puede ser una estrategia efectiva. China podría beneficiarse al aumentar su inversión y desarrollo en estas tecnologías limpias, diversificando sus fuentes bajas en carbono, y reducir así su dependencia de los combustibles fósiles, mitigando tanto el cambio climático como la contaminación del aire.
La historia reciente de China en la generación de electricidad baja en carbono ha sido un periodo de evolución significativa, caracterizado por un aumento notable en ciertas energías limpias. En la década de 2000, hubo un crecimiento estable en energía hidroeléctrica, con un incremento considerable de casi 70 TWh en 2004 y más de 99 TWh en 2008. En la década de 2010 y más allá, se observó un auge en la energía eólica y solar. En 2021, la energía eólica creció una impresionante cantidad de 189 TWh, mientras que la solar aumentó en más de 65 TWh. En 2024, las cifras muestran un crecimiento asombroso en energía solar, con un incremento de 250 TWh y un repunte en la energía eólica con un aumento de 106 TWh. Sin embargo, en 2023, la energía hidroeléctrica experimentó una disminución de unas 72 TWh, lo que resalta la necesidad de expandir y diversificar las fuentes de electricidad baja en carbono en el futuro.