En 2024, el consumo de electricidad en Chequia se caracteriza por una división interesante entre fuentes bajas en carbono y aquellas basadas en combustibles fósiles. Más de la mitad de la electricidad proviene de fuentes bajas en carbono, lo que muestra un compromiso considerable hacia energías más limpias. Dentro de estas, la energía nuclear destaca con un aporte muy significativo, representando poco más del 40% de la electricidad total. Además, la energía hidroeléctrica y la solar contribuyen en menor medida, sumando entre ambas alrededor de un 12%. Por otro lado, cerca del 39% de la electricidad sigue dependiendo de combustibles fósiles, con el carbón como el principal contribuyente, lo cual resalta aún la dependencia de fuentes que impactan negativamente el medio ambiente.
Para que Chequia aumente su generación de electricidad baja en carbono, una estrategia sólida sería expandir la capacidad nuclear existente, dado su papel crucial en la matriz energética actual. Aprendiendo de países como Francia y Eslovaquia, que han logrado una alta participación de la energía nuclear en su generación eléctrica, Chequia podría asegurar un suministro energético más sostenible y seguro. Además, debería considerarse la expansión de la energía solar, inspirándose en naciones como Grecia y Chile, que han integrado exitosamente la energía solar a niveles significativos. El aprendizaje de estas naciones con condiciones similares puede servir como un modelo para reforzar el equilibrio energético de Chequia hacia opciones más limpias y sostenibles.
La historia de la electricidad baja en carbono en Chequia se ha caracterizado por varios cambios a lo largo de las últimas décadas. En la última parte de los años 1980, el aumento en la generación nuclear fue notable, con un gran salto en 1987. Iniciando el siglo XXI, Chequia experimentó un significativo crecimiento en su capacidad nuclear durante los primeros años de la década de 2000, destacándose un fuerte incremento en 2003. Sin embargo, ha habido años de disminución, como en 2005 y entre 2015 y 2016, lo que podría haber afectado la continuidad en la generación. A pesar de estos altibajos, la energía nuclear sigue siendo un pilar importante. Además, el 2011 marcó un aumento en la energía solar, mientras que más recientemente, en 2024, se observó un declive en los biocombustibles y la energía nuclear, aunque hay un incremento notable en la generación hidroeléctrica. Estos datos reflejan un camino dinámico y en constante evolución hacia una matriz energética más limpia.