En 2024, Eslovaquia ha logrado un impresionante hito en su sistema eléctrico al obtener más del 86% de su electricidad de fuentes bajas en carbono. De este porcentaje, una considerable parte, más de la mitad, proviene de energía nuclear, lo que destaca su importancia en el panorama energético del país. Además, la energía hidroeléctrica aporta casi el 16% al total de la generación, contribuyendo significativamente a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. El resto de la electricidad proviene de combustibles fósiles, principalmente gas, que representa algo más del 12%, mientras que el petróleo tiene una presencia marginal. Esta estructura de generación no solo beneficia a Eslovaquia al reducir sus emisiones, sino que también les permite ser un exportador neto de electricidad, ayudando a regiones vecinas a disminuir sus propias emisiones carbónicas.
¿Está creciendo la electricidad en Eslovaquia?
Sin embargo, a pesar de estos logros en la producción de electricidad baja en carbono, el consumo de electricidad en Eslovaquia ha mostrado una disminución desde su récord en 2002. En 2024, el consumo total por persona se situó en 5319 kWh, lo que representa una reducción de cerca de 11% en comparación con su pico histórico de 6030 kWh/persona en 2002. Aunque esto puede preocupar por la falta de crecimiento en el consumo que reflejaría una expansión económica o la adopción de nuevas tecnologías, es positivo observar que Eslovaquia ha alcanzado un nuevo récord en la generación de electricidad baja en carbono, con 4576 kWh por persona, superando el registro anterior del año pasado. Esta dinámica sugiere que mientras el consumo general ha disminuido, la proporción limpia del mix eléctrico se ha expandido, destacando la dirección correcta hacia un futuro más verde.
Sugerencias
Para continuar mejorando su perfil bajo en carbono, Eslovaquia podría considerar la expansión de su capacidad nuclear existente, dado que ya es una gran parte de su infraestructura energética baja en carbono. La energía solar, aunque en cifras más bajas actualmente, también representa una oportunidad significativa de crecimiento, dada su reducción continua de costos y su contribución al mix energético limpio. Por lo tanto, una expansión estratégica de la infraestructura nuclear y solar podría satisfacer la demanda futura de electricidad, especialmente considerando los esfuerzos para electrificar el transporte, la calefacción y la industria, todos sectores que demandarán un aumento en la capacidad de generación eléctrica. Adoptar estas tecnologías sostenibles no solo promoverá la independencia energética, sino que también establecerá un estándar ejemplar para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
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