Durante el período de 12 meses, de noviembre de 2024 a octubre de 2025, Italia ha experimentado una mescolanza en su fuente de generación de electricidad, dividiéndose principalmente entre combustibles fósiles y energías bajas en carbono. Los combustibles fósiles dominan levemente con un 42.83% de la electricidad, siendo el gas el actor principal al representar más de un tercio de la producción total. En cifras más detalladas, el carbón y el petróleo contribuyen con solo una pequeña parte, alrededor del 3% y 2% respectivamente. Las energías bajas en carbono, por otro lado, constituyen un poco menos de la mitad de la electricidad en el país, siendo la energía hidroeléctrica y la solar prominentes, cada una cercana al 14%. La energía eólica y otras fuentes bajas en carbono, como los biocombustibles y la geotérmica, suman el resto.
Las fuentes de datos utilizadas en esta página incluyen EIA, Ember, ENTSOE, Eurostat, IEA y World Bank. Más sobre fuentes de datos →
¿Está creciendo la electricidad en Italia?
A pesar de los avances en energías limpias, el consumo total de electricidad en Italia no ha mantenido la tendencia de crecimiento observada en años anteriores. En 2025, el consumo total per cápita descendió a 5074 kWh, lo cual es notablemente menor que el récord alcanzado en 2006 de 6112 kWh/persona, evidenciando una caída de 1038 kWh desde entonces. Además, la producción baja en carbono también ha sufrido una ligera disminución, cayendo por debajo de los índices récord del año anterior, de 2202 kWh/persona a 2125 kWh/persona, lo que representa una reducción de casi 76 kWh. Esta tendencia parece indicar ciertas dificultades o retos en el incremento de la generación de electricidad sostenida y, particularmente, limpia.
Sugerencias
Para impulsar la producción de electricidad baja en carbono, Italia debería considerar expandir aún más su capacidad solar, ya que esta tecnología está proporcionando una parte significativa de su electricidad. Mirando ejemplos de otras regiones, Italia podría inspirarse en países como Francia y Eslovaquia, donde la energía nuclear representa una gran parte de la mezcla energética, demostrando ser una fuente estable y baja en carbono. Así mismo, estados como Dakota del Sur han logrado altos porcentajes de generación eólica que Italia podría emular para diversificar aún más su matriz energética. Como parte de una estrategia hacia un futuro más limpio, sería clave para Italia invertir tanto en la energía solar como en la expansión de la energía nuclear, garantizando así un abastecimiento eléctrico seguro y sostenible.
Historia
En la historia energética de Italia, el periodo que destaca inicialmente es a finales de los años 70 y principios de los 80, donde la energía hidroeléctrica mostró significativos altibajos. En 1977, se registró un incremento notable con un aumento de 12 TWh, pero este impulso se vio opacado por un descenso en las décadas siguientes. En 1987, se observa un crítico decrecimiento en la energía nuclear, con una reducción de 8.6 TWh, un evento lamentable que no debe ser pasado por alto. Los comienzos de los años 2000 y la pasada década han visto cambios notables en energía hidroeléctrica, con fluctuaciones que reflejan la dependencia en condiciones climáticas o políticas energéticas. En años más recientes, la energía solar ha demostrado un crecimiento estable y positivo, especialmente en 2025, donde aumentó en 6.5 TWh. Italia debería aprender del pasado y fortalecer las políticas que apoyen un crecimiento más continuo y seguro en las energías limpias, asegurando al mismo tiempo una disminución de la dependencia de los fluctuantes y contaminantes combustibles fósiles.