Actualmente, el consumo de electricidad en Italia durante los últimos 12 meses, desde octubre de 2023 hasta septiembre de 2024, muestra una mezcla considerable de fuentes de energía baja en carbono y combustibles fósiles. Más del 40% de la electricidad proviene de fuentes de electricidad baja en carbono, como la energía hidroeléctrica (18.56%), solar (9.5%), eólica (8.18%), biocombustibles (2.54%) y geotérmica (1.85%). En comparación, casi un 35% se genera a partir de combustibles fósiles como el gas, que representa el 31.43%, y el carbón, que cubre el 3.33%. Además, Italia depende en un 18.9% de las importaciones netas de electricidad para satisfacer su demanda.
Italia puede aumentar su generación de electricidad baja en carbono aprendiendo de otros países que han tenido éxito en esta área. Por ejemplo, Francia, Eslovaquia y Ucrania generan más del 55% de su electricidad a partir de energía nuclear. Italia debería considerar expandir su capacidad nuclear para reducir su dependencia de combustibles fósiles. Asimismo, países como Dinamarca, donde la energía eólica es el 61% de su generación eléctrica, y Grecia, que obtiene un 22% de su electricidad de la energía solar, pueden servir como modelos a seguir. La adopción de tecnologías eólicas y solares adicionales también ayudaría a Italia a alcanzar sus objetivos de sostenibilidad.
La historia de la electricidad baja en carbono en Italia muestra varios altibajos, especialmente en la energía hidroeléctrica. En los años 90, la generación hidroeléctrica tuvo un aumento significativo en 1991 con 10.5 TWh, pero se redujo en 1995 y 2002 con disminuciones de casi 6 y 7 TWh respectivamente. La energía solar tuvo un impacto notable en 2011 y 2012, aumentando en 8.9 y 8.1 TWh respectivamente. La energía nuclear, por otro lado, mostró un declive significativo en 1987 con una disminución de 8.6 TWh, lo cual resalta la necesidad de una reconsideración de su papel en la matriz energética italiana. Además, los biocombustibles mostraron una notable reducción de casi 9.3 TWh en el último año, lo que sugiere la posibilidad de enfocar más esfuerzos en la energía solar, eólica y nuclear para lograr un sistema más limpio y sostenible.