Actualmente, el consumo de electricidad en Italia se caracteriza por un equilibrio notable entre fuentes de energía bajas en carbono y combustibles fósiles. Las fuentes bajas en carbono, como la energía hidroeléctrica, solar, eólica, geotérmica y biocombustibles, representan más del 43% del suministro eléctrico del país. En particular, la energía hidroeléctrica es la mayor contribuyente dentro de esta categoría con un poco más del 20%, seguida por la solar con más del 10% y la eólica con algo más del 8%. Por otro lado, los combustibles fósiles aportan alrededor del 38%, siendo el gas la fuente predominante con más del 35%. Las importaciones netas también juegan un papel importante al proporcionar un poco más del 11% de la electricidad total de Italia.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Italia puede enfocarse en la expansión de su capacidad solar, dada su producción actual ya significativa en esta área. Además, el país puede aprender de otros países con características geográficas o socioeconómicas similares. Por ejemplo, Grecia ha tenido éxito generando el 22% de su electricidad a partir de la energía solar, lo que indica un potencial considerable para un clima mediterráneo similar al de Italia. Observando otros ejemplos, Dinamarca alcanza casi el 60% de su electricidad a partir del viento, lo que sugiere un modelo exitoso que Italia podría evaluar para diversificar sus fuentes limpias de energía en combinación con los recursos solares.
Históricamente, Italia ha visto fluctuaciones en su producción de electricidad baja en carbono. En la década de 1980, el país experimentó un declive significativo en 1987 con una disminución de 8.6 TWh en la producción nuclear. Esta reducción subraya las decisiones políticas críticas sobre el futuro de la nuclear en esta época. Desde entonces, la energía hidroeléctrica ha enfrentado variaciones, como aumentos notables en 1991 y caídas como la de 2022 con una reducción de 17 TWh. Sin embargo, en años recientes, la energía solar ha ido creciendo, como se ve en 2011 y 2012 con incrementos de aproximadamente 8 TWh cada uno. En 2024, la energía hidroeléctrica nuevamente mostró un aumento significativo, incrementando en 15.2 TWh, mientras que los biocombustibles experimentaron una caída. Estos patrones revelan un historial dinámico y subrayan la importancia de fortalecer el enfoque en tecnologías limpias y sostenibles.