En el año 2024, Portugal obtiene una notable parte de su electricidad de fuentes bajas en carbono, demostrando un fuerte compromiso con la sostenibilidad energética. Más de tres cuartas partes de la electricidad del país provienen de energía baja en carbono, con la energía hidroeléctrica como la fuente dominante, representando más de un tercio del total. La energía eólica también juega un papel crucial, contribuyendo cerca de una cuarta parte del suministro eléctrico. Las importaciones netas representan menos de una quinta parte, mientras que la electricidad generada a partir de combustibles fósiles, específicamente gas, constituye poco más del 8%. La energía solar y los biocombustibles también forman parte del mix energético, aunque en menores proporciones.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Portugal podría considerar expandir su capacidad de energía eólica, tal como lo ha hecho exitosamente hasta ahora. Al observar los casos de otros países, se puede aprender de Dinamarca, cuya generación de electricidad a partir del viento alcanza casi el 60%. Además, Portugal podría considerar seriamente la expansión de la energía nuclear, como han hecho países europeos similares. Francia, por ejemplo, genera más de dos tercios de su electricidad nuclear, lo que subraya el potencial de esta fuente baja en carbono para complementar las energías renovables y lograr una mezcla energética más equilibrada y limpia.
A lo largo de su historia reciente, Portugal ha experimentado fluctuaciones significativas en la generación de energía hidroeléctrica. En la década de los años 70 y 80, Portugal vio incrementos y descensos notorios, como el aumento en 1977 y la caída en 1989. En el siglo XXI, ha habido varios oscilaciones, con años de gran crecimiento, como en 2003 y 2013, seguidos de disminuciones en años como 2015 y 2017. El año 2024 se destaca con un considerable incremento de más de 12 TWh de electricidad hidroeléctrica respecto al año anterior, reflejando la capacidad del país para adaptarse y optimizar sus recursos hídricos en función de las condiciones climáticas y las necesidades energéticas.