En Portugal, el consumo de electricidad en los últimos doce meses, desde noviembre de 2023 hasta octubre de 2024, muestra una fuerte inclinación hacia la electricidad baja en carbono, que representa más de tres cuartas partes del total. La fuente predominante dentro de estas energías limpias es la energía hidroeléctrica, que genera más del 40% de la electricidad. La energía eólica también contribuye de manera significativa, representando casi una cuarta parte. Las importaciones netas complementan estas fuentes bajas en carbono con un poco menos del 15%. Por otro lado, los combustibles fósiles, principalmente el gas, representan menos del 8% del total del consumo eléctrico. La energía solar, aunque casi iguala al gas en su contribución, todavía tiene espacio para crecer y jugar un papel crucial en la transición energética de Portugal. Estos datos reflejan un compromiso claro hacia una matriz energética más limpia, pero también indican que hay margen para una mejora continua.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono en Portugal, se puede considerar la expansión de la capacidad de energía eólica, ya que es una tecnología que ya está produciendo grandes cantidades de electricidad en el país. Además, Portugal puede observar con atención a países que han tenido éxito en la adopción de tecnologías de energía baja en carbono. Por ejemplo, Dinamarca ha logrado generar el 59% de su electricidad a partir del viento, lo que sugiere que Portugal podría beneficiarse al intensificar sus esfuerzos en este campo. Aunque el enfoque nuclear es menos notable en la península ibérica, España también puede proporcionar lecciones valiosas con su uso equilibrado de energía solar y nuclear, generando una quinta parte de su electricidad con cada fuente. Estudiar las políticas y tecnologías implementadas en estos países podría ofrecer a Portugal el conocimiento necesario para ampliar su capacidad en energía limpia y reducir su dependencia de los combustibles fósiles.
El historial de electricidad baja en carbono en Portugal ha experimentado variaciones significativas en la generación de energía hidroeléctrica a lo largo de las décadas. A finales de los años setenta, se observaron aumentos en la generación hidroeléctrica, como sucedió en 1977, con un incremento de 5.2 TWh. Los años noventa presentaron fluctuaciones más marcadas, donde se registraron declives, como en 1989 con una disminución de 6.4 TWh, seguido de aumentos como el que hubo en 1996, de 6.4 TWh. En las primeras dos décadas del siglo XXI, continuaron las variaciones, aunque con un predominio de disminuciones. Por ejemplo, en 2015 hubo una reducción significativa de 6.6 TWh. Sin embargo, es alentador ver el reciente repunte en 2023-2024 con un aumento considerable de 14.3 TWh, lo que podría indicar una recuperación o un ajuste efectivo a condiciones hidrológicas o políticas energéticas más favorables. Esta historia de altibajos sugiere que Portugal podría beneficiarse de una diversificación aún mayor de su cartera de energía limpia para mejorar la estabilidad y sostenibilidad de su generación eléctrica.