En 2022, la generación de electricidad en Portugal se situó muy cerca del 50% en energías de bajo carbono, mientras que algo más de un tercio procedía de combustibles fósiles. Concretamente, el gas representó casi un 31% del total. En cuanto a las energías limpias, la eólica sumó casi un cuarto de la electricidad generada, la hidroeléctrica un poco más del 13%, los biocombustibles alrededor del 7% y la solar superó ligeramente el 5%. Por otro lado, la energía geotérmica y el carbón aportaron prácticamente nada al mix energético del país, con 0.32% y 0.11% respectivamente. Además, las importaciones netas de electricidad representaron cerca del 16% del consumo en Portugal, llegando incluso a alcanzar un pico del 67% durante este periodo.
Para aumentar la generación de electricidad de bajo carbono en Portugal, una opción sería expandir la ya existente capacidad de energía eólica. Sin embargo, también podría ser conveniente aprender de los éxitos de otros países. Por ejemplo, Francia, Ucrania y Eslovaquia generan más de la mitad de su electricidad a través de energía nuclear. Siendo esto particularmente relevante en el caso de países similares a Portugal, como España, que genera el 21% de su electricidad a partir de la energía nuclear. Por otro lado, Dinamarca ha demostrado la viabilidad de una alta generación de energía eólica, cubriendo con ella más de la mitad de su consumo eléctrico. Adicionalmente, países como Chile, Yemen y Jordania han hecho un uso notable de la energía solar, generando cerca del 17% de su electricidad a partir de esta fuente.
La historia de la electricidad de bajo carbono en Portugal ha estado marcada por la energía hidroeléctrica. Desde finales de los años 70 hasta la actualidad, ha habido varios altibajos en la generación de electricidad a partir de esta fuente. Durante este periodo, la generación de energía hidroeléctrica ha pasado de aumentar en 5.2 TWh en 1977, a disminuir casi 10 TWh en 2017. Los últimos datos, correspondientes a 2022, indican una disminución de 4.3 TWh respecto al año anterior. Estas fluctuaciones ponen de manifiesto la necesidad de diversificar las fuentes de energía de bajo carbono para garantizar un suministro eléctrico sostenible y constante.