En 2024, Chile está generando más de dos tercios de su electricidad a partir de fuentes bajas en carbono, lo cual es un paso significativo hacia un futuro más sostenible. Más de un cuarto de esta generación proviene de la energía hidroeléctrica, y una quinta parte viene del sol, que juntos representan la mayor parte de la electricidad limpia del país. Las energías eólica y los biocombustibles también contribuyen en menor medida, con casi el 12% y el 6% respectivamente. Mientras tanto, el uso de combustibles fósiles en Chile representa poco más de un 30% de la generación de electricidad, con carbón y gas compitiendo casi equitativamente por la mayor parte de este sector. Este balance actual muestra que Chile está avanzando hacia un sistema más limpio, pero todavía queda por reducir significativamente la dependencia de los fósiles para completar su transición energética.
¿Está creciendo la electricidad en Chile?
El consumo total de electricidad per cápita en Chile ha tenido una ligera disminución, de 4656 kWh/persona en 2022 a 4513 kWh/persona en 2024, lo cual representa una baja de 143 kWh/persona. Sin embargo, el hecho alentador es que la generación de electricidad baja en carbono ha alcanzado un máximo histórico con 3154 kWh/persona, superando el récord anterior de 2872 kWh/persona en 2023. Esto demuestra que, aunque el consumo total haya disminuido marginalmente, Chile está aumentando su capacidad de generación limpia, un indicio positivo de una transición progresiva hacia fuentes sostenibles. A pesar de esta buena noticia, la caída en el consumo total es un tema preocupante y representa la necesidad de impulsar el sector energético para sostener el crecimiento económico y satisfacer las demandas futuras.
Sugerencias
Para que Chile continue fortaleciendo su generación de electricidad baja en carbono, sería beneficioso enfocarse en la expansión de las tecnologías solares y eólicas ya establecidas. Al observar otras regiones que han tenido éxito, Chile puede aprender de estados como Iowa y Dakota del Sur, donde la energía eólica constituye más de la mitad de su electricidad. Además, para diversificar su matriz, Chile podría considerar la inclusión de energía nuclear, tomando como ejemplo países como Francia y Eslovaquia que han integrado exitosamente esta fuente para satisfacer la mayoría de sus necesidades eléctricas. Dichas medidas no solo aumentarían la sostenibilidad del sistema eléctrico chileno, sino que también sentarían las bases para un crecimiento energético significativo y libre de carbono en el futuro.
Historia
Mirando históricamente, Chile ha visto fluctuaciones en la generación de electricidad baja en carbono, especialmente a través de la energía hidroeléctrica. En los años 90, hubo un crecimiento notable, aunque con algunas disminuciones alrededor de 1998 y 1999. A principios del siglo XXI, la hidroeléctrica volvió a repuntar sobre todo en 2005 y 2006. Sin embargo, el 2007 marcó un declive significativo. En la última década, hay que destacar el año 2021, cuando la energía solar comenzó a marcar su presencia con un cambio cualitativo. Más recientemente, los años 2022 y 2023 han visto un aumento constante no solo en solar sino también en la energía hidroeléctrica. Esta historia de crecimiento y diversificación en las fuentes bajas en carbono ofrece una base sólida sobre la cual Chile puede seguir construyendo un futuro eléctrico aún más verde.
Electrificación
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