En el año 2023, Chile muestra un panorama favorable en términos de uso de electricidad baja en carbono. Más del 65% de la electricidad se generó a partir de fuentes de energía bajas en carbono, donde la energía hidroeléctrica contribuyó con cerca de un tercio. Las energías solar y eólica también jugaron un papel significativo, combinando casi un tercio de la generación total de electricidad. Por otro lado, los combustibles fósiles representaron alrededor del 34%, con el gas siendo el tipo de energía fósil más utilizado, representando poco más que la mitad de toda la electricidad generada a partir de fósiles. El carbón, por otro lado, fue responsable de casi la mitad de la electricidad generada a partir de energía fósil.
Para incrementar aún más la generación de electricidad baja en carbono, Chile puede tomar como referencia a países exitosos en este campo. Por ejemplo, Dinamarca y Alemania se destacan por su amplio uso de energía eólica, y Uruguay es un modelo a seguir en este aspecto. Asimismo, España y Portugal se destacan en la implementación de energía eólica y solar. Adicionalmente, Chile puede aprender de países como Francia, Eslovaquia y Ucrania, líderes en la generación de energía nuclear, una fuente de electricidad baja en carbono muy efectiva.
En términos de la tendencia histórica de la generación de electricidad baja en carbono en Chile, se ha observado un papel prominente para la energía hidroeléctrica desde principios de los años 90. Esta fuente de energía experimentó un crecimiento firme y sostenido en la primera década del siglo XXI, a pesar de unos pocos años con disminuciones en la generación. Sin embargo, a partir de 2011, el enfoque se amplió para incluir a los biocombustibles. En los últimos años también ha habido un notable aumento en la energía solar. A pesar de las fluctuaciones ocasionales en la generación hidroeléctrica, la tendencia general muestra un compromiso sostenido de Chile con la energía baja en carbono.