En 2023, la producción de electricidad en Bulgaria presentó un balance favorable hacia las fuentes de energía baja en carbono, abarcando más del 60% de la generación total. La energía nuclear proveyó un porcentaje considerable, representando alrededor del 41% de la generación total. Mientras tanto, los combustibles fósiles, en gran medida carbón y gas, suman casi el 40% de la generación de electricidad. Las fuentes de energía baja en carbono adicionales como solar, hidroeléctrica y eólica, aunque inferiores en términos absolutos, mantuvieron cifras casi igualitarias superando ligeramente el 3%.
Para incrementar la generación de electricidad baja en carbono, Bulgaria puede mirar hacia la expansión de su capacidad nuclear ya existente, dado que estas tecnologías ya generan una gran cantidad de electricidad en el país. Teniendo en cuenta los éxitos de otros países, Bulgaria tiene el potencial de aprender de Francia y Ucrania, que generan el 66% y el 58% de su electricidad a través de la energía nuclear respectivamente. Adicionalmente, la apuesta de países como Dinamarca y Alemania a incrementar su generación eléctrica eólica representa un tándem tecnológico viable que Bulgaria podría considerar: expandiendo la generación nuclear y desarrollando la energía eólica.
Con respecto a la historia de la generación de energía baja en carbono en Bulgaria, la energía nuclear ha tenido un papel relevante desde los años 80, con incrementos significativos en 1981, 1983 y 1988. Sin embargo, la década del 90 trajo altibajos con incrementos notables en 1993 y 1995, seguidos de una disminución en 2003 y una marcada caída en 2007. A pesar de estas oscilaciones, la generación nuclear mostró una recuperación en 2014. Paralelamente, la producción de electricidad a partir de energía hidroeléctrica ha tenido un desarrollo incierto durante la primera década del siglo XXI, experimentando tanto incrementos como reducciones a lo largo de los años. En general, el camino hacia una matriz energética baja en carbono ha enfrentado desafíos, pero los avances y las experiencias adquiridas representan un activo valioso para el futuro energético de Bulgaria.