En Irlanda, para el año 2024, el consumo de electricidad presenta un panorama en el que casi la mitad proviene de combustibles fósiles, con un 48% dominado principalmente por el gas con un 43%. En el campo de la electricidad baja en carbono, se observa que casi un 40% del total es producido de forma limpia, siendo la energía eólica principal protagonista con un 32%. Un valor notable se observa en las importaciones netas de electricidad, las cuales alcanzan casi un 13%. La solar, aunque no tan significativa como la eólica, representa alrededor de un 3%, mientras que los biocombustibles y la energía hidroeléctrica aportan cada uno poco más de un 2%. Para mantener limitar el impacto del cambio climático y mejorar la calidad del aire, es esencial continuar reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles.
Para incrementar la generación eléctrica baja en carbono, Irlanda podría expandir aún más sus instalaciones de energía eólica, dado que ya contribuyen significativamente. Aprender de la experiencia internacional también es crucial. Por ejemplo, Dinamarca, que tiene un clima similar y características geográficas propicias, ha visto más de la mitad de su electricidad generada por la energía eólica. Adicionalmente, intuir el uso de las tecnologías nucleares, como se observa en países como Francia y Finlandia, podría ayudar a Irlanda a diversificar sus fuentes de energía limpia. En particular, Francia genera una abrumadora mayoría de su electricidad con un 68% proveniente de fuentes nucleares, un camino que Irlanda podría considerar para reducir aún más su dependencia de los combustibles fósiles.
En cuanto a la historia de la electricidad baja en carbono en Irlanda, desde la década de 2000 en adelante, se ha observado un crecimiento considerable en la energía eólica. En los primeros años, el incremento fue modesto, alrededor de 0.5 TWh anualmente hasta 2010, donde hubo un salto significativo en 2011 con 1.6 TWh adicionales de generación eólica. Desde entonces, ha habido una tendencia sostenida de aumento, con algunos altibajos en particular durante 2012 y 2016, donde hubo una leve disminución, pero posteriormente retomó su crecimiento. En 2023, la energía solar emergió con un incremento de 0.5 TWh, señalando su potencial futuro para complementar el sector de energías limpias en el país. Este impulso histórico hacia las energías limpias ofrece un fundamento sólido para seguir promoviendo políticas orientadas a la sostenibilidad.