En los últimos 12 meses, desde septiembre de 2023 hasta agosto de 2024, más de la mitad de la electricidad en los Países Bajos ha sido generada mediante fuentes bajas en carbono, representando el 55,29% del total. Entre estas fuentes, la energía eólica y solar han sido las más destacadas, aportando el 28,44% y el 18,59% respectivamente. La energía nuclear también ha contribuido, aunque en menor medida, con un 2,81%. En comparación, los combustibles fósiles han tenido una participación importante, generando el 44,32% de la electricidad, siendo el gas el mayor contribuyente con un 35,04%, seguido del carbón con un 7,08%.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, los Países Bajos deberían considerar la expansión de tecnologías eólicas y solares, que ya están generando grandes cantidades de electricidad. Países como Dinamarca, que genera el 61% de su electricidad a partir de la energía eólica, pueden servir como modelo para maximizar el potencial eólico. Además, se podría mirar hacia Francia, donde el 67% de la electricidad proviene de energía nuclear, para aprender cómo lograr una mayor integración de esta fuente limpia. El enfoque debería ser el aumento de la capacidad instalada de estas fuentes y el desarrollo de políticas favorables que incentiven la inversión en infraestructuras de energías bajas en carbono.
En la historia reciente de los Países Bajos, el impulso hacia la electricidad baja en carbono ha sido notable. A finales de la década de 1990, la energía nuclear vio una disminución significativa de 1,8 TWh en 1997, aunque hubo una pequeña recuperación en 1998 con un aumento de 1,4 TWh. En la última década, se han registrado aumentos importantes en la generación de energía eólica y solar. Por ejemplo, en 2020, la energía solar incrementó en 3,4 TWh y la eólica en 3,8 TWh. Este crecimiento se ha mantenido en años posteriores, con incrementos destacados como los 7,5 TWh adicionales de energía eólica en 2023 y 4,1 TWh de energía solar el mismo año. Estos datos subrayan la importancia y efectividad de invertir en infraestructura eólica y solar, demostrando que los Países Bajos tienen un camino claro hacia una mayor sostenibilidad energética.