En Argentina, durante los últimos 12 meses, de agosto de 2024 a julio de 2025, la mayoría de la generación de electricidad provino de combustibles fósiles, representando algo más de la mitad del total, con un 52.75%. Dentro de esta categoría, el gas natural tuvo una participación significativa del 50.83%, mientras que el petróleo contribuyó con apenas el 1.13%. Por otro lado, la electricidad de fuentes bajas en carbono constituyó casi el 46% del total, con la energía hidroeléctrica como el principal contribuyente, alcanzando aproximadamente el 23%. La energía eólica también desempeñó un papel importante, aportando un 12%. Aunque la energía nuclear y solar se están utilizando, su contribución sigue siendo modesta, con menos del 10% combinadas. Finalmente, las importaciones netas cubrieron una pequeña fracción del consumo eléctrico del país, con el 1.43%.
¿Está creciendo la electricidad en Argentina?
En términos de crecimiento del consumo de electricidad, Argentina ha visto una disminución preocupante en la generación total por persona en comparación con el récord anterior de 2016. El consumo per cápita más reciente fue de 3162 kWh, lo que representa una disminución de 408 kWh por persona desde entonces. Sin embargo, hay buenas noticias respecto a la generación baja en carbono, que ha alcanzado un nuevo récord de 1449 kWh por persona, lo que significa un aumento significativo de 156 kWh desde el récord anterior en 2023. A pesar de estos avances en fuentes limpias, la reducción general en el consumo eléctrico es preocupante, y Argentina debería aspirar a crecer tanto en cantidades totales como en electricidad baja en carbono.
Sugerencias
Para incrementar la generación de electricidad baja en carbono, es crucial que Argentina amplíe sus capacidades eólicas dadas sus contribuciones actuales significativas. Además, Argentina podría aprender de países como Francia y Eslovaquia, donde la generación nuclear alcanza más del 60%, marcando ejemplos de cómo integrar más energía nuclear en la matriz energética. Uruguay, un vecino, ha logrado generar el 34% de su electricidad a partir del viento, y Dinamarca alcanza casi un 60% con la misma fuente, lo que sugiere que el viento también tiene un potencial indudable. Asimismo, siguiendo el ejemplo de regiones con alto uso de energía solar como Líbano y Nevada, Argentina podría considerar expandir su capacidad solar para diversificar aún más su mix de baja en carbono.
Historia
Analizando la historia de la generación de electricidad baja en carbono en Argentina, destaca que hubo un notable incremento en la generación hidroeléctrica en ciertos periodos, especialmente a principios de la década de 1980 y finales de 1990. Sin embargo, también se evidenciaron declives significativos, como en 1988 y 1999. En años recientes, hemos visto cómo el viento comienza a tomar relevancia, especialmente a partir de 2020. Esto, junto con un incremento notable de 9 TWh en la generación hidroeléctrica en 2025, muestra potencial de crecimiento. Argentina debe aprovechar esta historia de avances en baja en carbono para continuar expandiendo su capacidad de generación de energías limpias, especialmente en eólica y nuclear.
Electrificación
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