En el periodo comprendido entre agosto de 2023 y julio de 2024, la generación de electricidad en Argentina proviene principalmente de dos fuentes: electricidad baja en carbono y combustibles fósiles. La electricidad baja en carbono, que incluye fuentes como la energía hidroeléctrica, la energía eólica, la nuclear y la solar, representa más de la mitad del total, con un 51.39%. Dentro de esta categoría, la energía hidroeléctrica es la más significativa, proporcionando casi un tercio de la electricidad total del país. La energía eólica también hace una contribución notable, representando poco más de una décima parte, mientras que la generación nuclear aporta menos de una décima. Las energías solares y los biocombustibles suman una fracción menor al total, lo que demuestra un potencial aún por explotar en estos sectores. Por otro lado, los combustibles fósiles, liderados por el gas, constituyen cerca del 48% de la generación eléctrica, lo que indica una alta dependencia de fuentes que no son sostenibles a largo plazo debido a su impacto negativo en el cambio climático y la contaminación del aire.
Para que Argentina aumente su generación de electricidad baja en carbono, sería estratégico expandir su capacidad de energía eólica, aprovechando su ya significativa presencia. Además, el país puede aprender de otras naciones con experiencias exitosas en la transición energética. Uruguay, por ejemplo, ha logrado que más de un tercio de su electricidad provenga de la energía eólica, lo que sugiere que Argentina puede aspirar a un aumento similar. Además, observar cómo países como Francia y Eslovaquia han priorizado la energía nuclear podría inspirar a Argentina a seguir una trayectoria similar, fortaleciendo su infraestructura nuclear para asegurar una producción eléctrica limpia, segura y constante. Aprovechar el éxito global del desarrollo de la energía solar, como lo han hecho Grecia y Chile, también podría proporcionar lecciones valiosas para diversificar aún más el mix energético del país.
A lo largo de las últimas décadas, Argentina ha experimentado variaciones significativas en la generación de electricidad baja en carbono, especialmente en el sector hidroeléctrico. Durante la década de 1980, el país registró incrementos en la generación hidroeléctrica, seguido por periodos de declive, como en 1988 y nuevamente hacia finales de los 1990. Sin embargo, el año 2000 marcó un aumento considerable, con un auge de 7.2 TWh. La última década ha sido testigo de fluctuaciones continuas, notablemente en 2019 y 2020, con disminuciones, y posteriormente un aumento en 2023. A partir de 2019, Argentina comenzó a incrementar también su producción de energía eólica, lo cual es un indicativo de un cambio hacia una matriz energética más sostenible. Aunque el país ha invertido en estas tecnologías limpias, es crucial mantener este momentum y ampliar aún más las infraestructuras nuclear y eólica para garantizar un futuro energético sustentable.