En Argentina, la generación de electricidad todavía depende en gran medida de los combustibles fósiles, que representan más de la mitad del consumo total con un 57.66%. El gas es la fuente fósil predominante con 51.1%, seguido del petróleo con un 6.14%. Por otro lado, la electricidad baja en carbono representa casi un 37% del consumo, con la energía hidroeléctrica liderando este grupo con 15.59%, la energía eólica aportando 10.37% y la energía nuclear contribuyendo con 6.7%. La energía solar y biocombustibles cierran la participación baja en carbono con un 2.53% y un 1.51%, respectivamente. Las importaciones netas también juegan un papel pequeño, representando un 5.64% del consumo total de electricidad en el país.
¿Está creciendo la electricidad en Argentina?
Aunque los números muestran que Argentina está utilizando una cantidad significativa de electricidad baja en carbono, el consumo total de electricidad por persona ha disminuido desde su récord en 2016. El consumo per cápita más reciente es de 3425 kWh, lo que supone una disminución de 144 kWh con respecto al récord anterior de 3569 kWh en 2016. Además, la generación de electricidad baja en carbono también ha disminuido ligeramente, situándose en 1257 kWh por persona, 36 kWh por debajo del récord en 2023. La reducción en el uso total de energía eléctrica y en la generación baja en carbono subraya una perturbadora falta de crecimiento, algo que es preocupante en un mundo que se dirige hacia una mayor electrificación.
Sugerencias
Para incrementar la generación de electricidad baja en carbono, Argentina debería considerar expandir su ya significativa capacidad de energía eólica. El caso de Dinamarca, donde la energía eólica contribuye con más del 50% de la electricidad, ofrece una perspectiva inspiradora de lo que se puede lograr con políticas enfocadas. Además, Argentina podría aprender de Uruguay, donde la energía eólica también desempeña un papel importante, alcanzando un 28% del suministro eléctrico. En este contexto, sería prudente que Argentina explore ampliar sus capacidades en energía solar, inspirándose en países como Chile y España, donde la solar representa un 22% y un 21% de la electricidad, respectivamente. La diversificación hacia estas tecnologías es fundamental no solo para alcanzar las metas de sostenibilidad, sino también para asegurar un futuro energético resiliente.
Historia
La historia de la electricidad baja en carbono en Argentina ha tenido altibajos significativos. En los años 80 y 90, la energía hidroeléctrica experimentó variaciones dramáticas, con aumentos y disminuciones considerables. En 1980 hubo un aumento de 4.5 TWh, seguido de una caída significativa en 1988. Durante los últimos años del siglo XX y comienzos del XXI, la energía hidroeléctrica fluctuó nuevamente, con aumentos notables en el 2000 y el 2001 seguidos de descensos. En la última década, el desarrollo de la energía eólica mostró un crecimiento sostenido desde 2019, añadiendo 3.6 TWh en ese año y 4.4 TWh en 2020. No obstante, la caída actual de generación hidroeléctrica en 2024 resalta la necesidad de un enfoque estratégico hacia fuentes bajas en carbono más estables y confiables, como la expansión de la energía eólica y el impulso decisivo hacia la energía nuclear y solar.
Electrificación
Estimamos el grado de electrificación comparando las emisiones de electricidad y energía total. Más sobre metodología.