En el periodo de los últimos 12 meses, desde octubre de 2023 hasta septiembre de 2024, Estonia ha experimentado una composición diversa en su consumo de electricidad. Más de un tercio de la electricidad consumida en Estonia provino de importaciones netas, representando un 39,88%. Las fuentes de electricidad baja en carbono, como energía solar, energía eólica y biocombustibles, constituyeron aproximadamente el 30%. Entre estas, los sectores solares y eólicos son prominentes, generando un 11,8% y un 11% respectivamente. Los combustibles fósiles, incluyendo petróleo y carbón, también tuvieron una participación significativa, con casi el 30% del total, siendo el petróleo la mayor fuente fósil con un 23%.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Estonia debería expandir su capacidad eólica y solar, dado que estas tecnologías ya están haciendo una contribución considerable y representan opciones viables para una rápida ampliación. Países como Dinamarca y Alemania han demostrado éxito en este sentido; Dinamarca genera un impresionante 61% de su electricidad a partir de energía eólica, mientras que Alemania alcanza el 31%. Mirando hacia la generación nuclear, Estonia puede aprender valiosas lecciones de países como Eslovaquia y Finlandia, que generan más del 60% y 39% de su electricidad, respectivamente, mediante energía nuclear. Adaptar estas estrategias a la infraestructura de Estonia podría ser una vía efectiva para la transición hacia fuentes más limpias de electricidad, disminuyendo así la dependencia en importaciones y combustibles fósiles.
Históricamente, las fuentes de electricidad baja en carbono en Estonia han mostrado diversas tendencias. En la última década, a partir de 2009, los biocombustibles vieron incrementos esporádicos, como los 0.3 TWh añadidos en dicho año y 0.4 TWh en 2010, aunque también se registraron declives como una reducción de 0.7 TWh en 2023/2024. Paralelamente, la energía eólica tuvo un crecimiento moderado, con adiciones de 0.1 TWh en 2017 y 0.1 TWh en 2023. La energía solar ha presentado un desarrollo positivo en los años recientes, con aumentos de 0.2 TWh en 2020 y de nuevo en 2023. La identificación y fortalecimiento de estas tendencias positivas, especialmente en las áreas de energía eólica y solar, podría ser crucial para una transición equilibrada hacia una matriz de electricidad más sostenible en el futuro de Estonia.