En el período comprendido entre septiembre de 2024 y agosto de 2025, Estonia ha demostrado un progreso notable hacia un futuro energético más limpio. Casi la mitad de la electricidad generada, un 46%, es de fuente baja en carbono, lo que incluye la energía eólica y solar, así como los biocombustibles. En particular, la energía eólica, aportando más del 21% del total, junto con la solar que suma cerca del 17%, representa una parte significativa de la generación limpia. Por otro lado, los combustibles fósiles aún contribuyen con alrededor del 30% de la electricidad generada; la mayor parte de esto proviene del petróleo, representando más de una quinta parte del total. Las importaciones netas de electricidad aportan aproximadamente una cuarta parte al suministro total del país, reflejando una dependencia significativa en comparación con la generación nacional.
¿Está creciendo la electricidad en Estonia?
Con el consumo per cápita actual de electricidad en Estonia situado en 4795 kWh, se observa una marcada disminución desde el máximo histórico de 11,690 kWh registrado en 1986. Este descenso de casi 6900 kWh por persona es preocupante, indicando una caída sustancial que podría limitar el desarrollo económico futuro y la electrificación. Esta tendencia no se acompaña de un aumento en la electricidad baja en carbono, que de hecho ha disminuido en 299 kWh por persona respecto al récord de 2024. Es importante que Estonia revierta este declive para asegurar un suministro de energía sostenible y compatible con sus objetivos climáticos.
Sugerencias
Para fomentar un sistema eléctrico más limpio, Estonia debería expandir sus capacidades de energía eólica y solar, aprovechando su éxito actual en estas áreas para reducir su dependencia de los combustibles fósiles. Observando las experiencias exitosas de otros países, Estonia podría considerar un aumento en la energía nuclear, siguiendo ejemplos como Francia y Eslovaquia, donde la energía nuclear proporciona la mayor parte de la electricidad baja en carbono. Por otra parte, los estados de Iowa y Dakota del Sur en los Estados Unidos sirven como ejemplos importantes de altos rendimientos en energía eólica, alcanzando el 62% y el 60% respectivamente, lo que podría inspirar a Estonia a maximizar aún más sus recursos eólicos.
Historia
Mirando hacia atrás en la historia de la electricidad baja en carbono de Estonia, los últimos años han mostrado un crecimiento en capacidades como la solar y eólica. Sin embargo, ha habido fluctuaciones, especialmente en el uso de biocombustibles donde se observaron aumentos en algunos períodos como 2020 y 2018, pero declinaciones considerables en 2025. La energía eólica, después de un pequeño retroceso en 2016, ha mostrado un aumento constante con adiciones significativas en 2024 y 2025. Las adiciones continuas en energía solar también destacan en 2020 y 2022. Para avanzar, Estonia debe capitalizar estos desarrollos positivos y mantener un crecimiento sostenido en el ámbito de la electricidad baja en carbono.
Electrificación
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