En el periodo comprendido entre noviembre de 2023 y octubre de 2024, el consumo de electricidad en Estonia mostró una distribución bastante equilibrada entre diferentes fuentes de energía. Las importaciones netas constituyeron más de un tercio del consumo total, con un 38.47%. La electricidad baja en carbono, que incluye fuentes limpias como energía solar, eólica y biocombustibles, representó cerca de un tercio del consumo, con un 31.1%. Las energías derivadas de combustibles fósiles, por su parte, comprendieron también aproximadamente un tercio, con un 30.43%. Dentro de estas categorías, el petróleo fue la fuente fósil predominante con un 24.09%, mientras que la solar y la eólica fueron las más significativas entre las bajas en carbono, con un 12.17% y un 11.5% respectivamente. Con una participación similar, los biocombustibles representaron un modesto 7.3%. El carbón fue la fuente menor de energía fósil, con apenas un 5.86%.
Para incrementar la generación de electricidad baja en carbono, Estonia podría considerar expandir su infraestructura de energía eólica y solar, sectores que ya contribuyen de manera significativa a la matriz energética del país. Observar a países exitosos en estas áreas puede ofrecer valiosas lecciones. Por ejemplo, Dinamarca ha logrado producir un notable 59% de su electricidad a partir del viento. Asimismo, Uruguay alcanza un 36% utilizando la misma fuente. Al analizar países más cercanos geográficamente, se puede aprender de Finlandia, que ha logrado un 38% de generación a través de energía nuclear. Estonia podría inspirarse en estas estrategias para mejorar su producción de electricidad limpia, lo que a su vez reduciría la dependencia de los combustibles fósiles y disminuiría las emisiones de gases de efecto invernadero.
En términos históricos, la trayectoria de la electricidad baja en carbono en Estonia ha tenido sus altibajos. Desde 2009, el aumento más notable de generación de biocombustibles ocurrió en 2010 con un incremento de 0.4 TWh, seguido de ligeros aumentos en 2012, 2017 y 2018. En contraste, 2013 y las recientes cifras de 2022 y 2023/2024 indican reducciones en este sector. La energía eólica mostró una disminución de 0.1 TWh en 2016, pero experimentó un repunte en 2020, 2023 y 2023/2024 con incrementos de 0.2 TWh cada uno de esos años. La generación solar también ha visto incrementos, especialmente en 2020 y 2022, así como en 2023/2024. En resumen, aunque ha habido variaciones, el enfoque hacia las fuentes de baja emisión de carbono ha representado una parte importante del esfuerzo de Estonia por direccionarse hacia un futuro más limpio y sustentable.