En 2023, Dinamarca se destacó por su fuerte enfoque en la electricidad baja en carbono, que representó aproximadamente un 83% de su generación total de electricidad. De este porcentaje, la energía eólica fue la principal contribuyente, con casi un 60%. La energía solar y los biocombustibles, aún bajos, desempeñaron un papel notable, representando alrededor de un 9% y un 14% respectivamente. Por el contrario, el uso de combustibles fósiles para la producción de electricidad fue menor, con el carbón y el gas solo representando cerca del 17%. Además, Dinamarca es un exportador neto de electricidad, un logro importante desde el punto de vista de las emisiones globales.
Para incrementar la generación de electricidad baja en carbono, Dinamarca podría contemplar la expansión de las tecnologías de energía eólica ya existentes. Dado que este tipo de energía ya está generando una gran cantidad de electricidad en el país, los planes de expansión tendrían un impacto significativo en la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles y la aceleración del cambio hacia una economía de baja emisión de carbono.
Mirando hacia atrás, la historia de la electricidad baja en carbono en Dinamarca está marcada por un crecimiento constante en la generación de energía eólica desde finales del siglo XX. El cambio en la generación de electricidad de este tipo aumentó en torno a 1 TWh por año en la mayoría de los años de la primera década del siglo XXI (2000-2010). Hubo un ligero decremento en 2016, pero la tendencia alcista continuó en los años siguientes. El aporte de los biocombustibles al mix de electricidad también ha ido incrementándose a lo largo de los años, aunque vio un fuerte descenso en 2023. De esta forma, Dinamarca ha demostrado un compromiso sostenido con la transición hacia una generación de electricidad más limpia y sostenible a lo largo de las últimas décadas.