En el período de doce meses transcurrido de septiembre de 2023 a agosto de 2024, la mayor parte del consumo de electricidad en Eslovenia provino de fuentes bajas en carbono, representando un 76.53%. Dentro de este grupo, la energía hidroeléctrica generó casi el 39% de la electricidad, mientras que la energía nuclear aportó alrededor del 33%. En contraste, los combustibles fósiles como el carbón y el gas representaron el 23.47%, con el carbón generando un poco más del 20% y el gas casi un 3%. Es evidente que el país ya tiene una fuerte inclinación hacia las fuentes de energía limpias, con más de tres cuartas partes de su electricidad proveniente de fuentes bajas en carbono.
Para incrementar aún más la generación de electricidad baja en carbono, Eslovenia podría considerar la expansión de sus capacidades nucleares existentes. Países como Francia y Eslovaquia demuestran cómo una alta proporción de energía nuclear puede contribuir significativamente a una matriz energética más limpia, con Francia generando el 67% de su electricidad a partir de energía nuclear y Eslovaquia el 60%. Además, Eslovenia podría aprender de la experiencia de países como Dinamarca e Irlanda, que han logrado integrar una gran cantidad de energía eólica, con Dinamarca produciendo un 61% y Irlanda un 34% de su electricidad a partir del viento. Con una combinación de expansión nuclear y mayor inversión en energía eólica, Eslovenia podría reducir aún más su dependencia de los combustibles fósiles.
Mirando hacia atrás en la historia de la electricidad baja en carbono en Eslovenia, se observa un patrón de fluctuaciones, especialmente en la energía hidroeléctrica y nuclear. En los primeros años de la década de 1990, hubo pequeñas variaciones con aumentos notables en la hidroeléctrica en 1991 y 2004. Las siguientes décadas vieron altibajos en la generación hidroeléctrica, con aumentos significativos en 2013 y 2014, pero también declives como el de 2015. En cuanto a la energía nuclear, hubo una notable reducción en 1992, seguida de un incremento en 1994. Sin embargo, han habido disminuciones críticas en años recientes como 2021 y 2023/2024. Estos cambios subrayan la importancia de una infraestructura nuclear estable para complementar las fuentes hidroeléctricas y avanzar hacia un futuro energético más sostenible y libre de carbono.