En 2024, la electricidad en Hungría proviene, en su mayoría, de fuentes de baja emisión de carbono. Un poco más de la mitad de la electricidad se genera a partir de esta energía limpia. Dentro de esta categoría, el 33% proviene de la energía nuclear, alrededor del 19% de la solar y una pequeña fracción de la eólica. Los combustibles fósiles todavía juegan un papel importante al generar alrededor del 20% de la electricidad, con el gas contribuyendo con un 15% y el carbón con un 5%. Las importaciones netas aportan un 22% adicional de la electricidad, lo que completa el panorama energético del país.
Para incrementar la generación de electricidad baja en carbono, Hungría podría centrarse en expandir sus capacidades en energía nuclear y solar. Teniendo en cuenta casos exitosos en otros países, Finlandia podría servir como ejemplo al haber alcanzado un 23% de generación eólica, mientras que Ucrania y Eslovaquia destacan con su alta generación nuclear, similar a Hungría en muchos aspectos. Aprender de estos ejemplos podría ayudar a Hungría a incrementar rápidamente su generación de energía limpia y reducir la necesidad de importaciones y el uso de energía fósil, combatiendo así los problemas de cambio climático y la contaminación del aire.
Históricamente, la energía nuclear ha tenido un papel crucial en el mix eléctrico de Hungría. Durante la década de 1980, se incrementó significativamente la generación nuclear, con incrementos anuales constantes. En 2003, sin embargo, hubo una notable disminución, que fue parcialmente revertida en los años siguientes. En relación con la energía solar, notamos una evolución positiva a partir de 2019, con incrementos anuales en la generación, alcanzando su punto máximo en 2024. Mientras tanto, la generación a partir de biocombustibles experimentó un leve descenso en 2023. Estos datos reflejan un compromiso continuado con la energía limpia que podría fortalecerse aún más con una expansión en la capacidad de las tecnologías de baja emisión de carbono.