En los últimos 12 meses, desde octubre de 2023 hasta septiembre de 2024, la situación del consumo de electricidad en Hungría ha estado marcada por una significativa contribución de las fuentes de energía baja en carbono. Más de la mitad de la electricidad, alrededor del 50%, proviene de estas fuentes limpias. De esta cifra, cerca de un tercio es obtenido a partir de energía nuclear, con un 33%. Las importaciones netas representan casi el 30% del consumo total de electricidad, lo que muestra una alta dependencia de electricidad importada. Los combustibles fósiles, incluyendo gas y carbón, aportan aproximadamente un 19% al mix energético del país, con el gas teniendo una mayor participación en este grupo. Entre las fuentes bajas en carbono, la energía solar también destaca con un aporte del 12%, mientras que la eólica y los biocombustibles tienen una contribución menor.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Hungría podría enfocarse en la expansión de su capacidad nuclear y solar. Esto resulta estratégico dado que estas tecnologías ya están proporcionando una cantidad significativa de electricidad. Por ejemplo, pueden aprender de Francia y Eslovaquia, donde la energía nuclear aporta el 67% y el 60% de la generación eléctrica, respectivamente, mostrando un claro camino hacia la independencia energética y la reducción de emisiones. Igualmente, al mirar países con climas y condiciones similares, como Polonia y Croacia, que aprovechan la energía eólica, Hungría podría ampliar su capacidad instalada eólica, aunque su contribución actual es baja. Aprender de las experiencias de estos países ayudaría a fomentar un desarrollo más sustentable y reducir la dependencia de combustibles fósiles.
La historia de la electricidad baja en carbono en Hungría muestra una notable expansión en el uso de la energía nuclear durante los años 80, especialmente destacada entre 1983 y 1988, con aumentos significativos anuales que oscilaron entre 0.9 y 3.6 TWh. Sin embargo, en 2003, hubo una notable disminución en la generación nuclear, con una reducción de 2.9 TWh, seguida de una recuperación en los años posteriores. En la década de 2020, la energía solar ha mostrado un crecimiento constante, especialmente desde 2019 con aumentos que varían entre 0.8 y 1.9 TWh por año. A pesar de un pequeño descenso en la generación solar y nuclear en el último año, el país ha mantenido un enfoque en estas tecnologías bajas en carbono, lo que subraya su compromiso con la reducción de emisiones y la mejora de la calidad del aire.