Suecia ha logrado un impresionante hito con respecto al consumo de electricidad, ya que más del 95% de su electricidad proviene de fuentes de energía baja en carbono. En el período comprendido entre noviembre de 2023 y octubre de 2024, las energías hidroeléctrica, nuclear y eólica han sido las principales contribuyentes. La energía hidroeléctrica representa más de dos quintas partes de la electricidad total, mientras que la energía nuclear proporciona casi un tercio y la eólica casi una cuarta parte. La energía solar, aunque todavía representa solo una pequeña porción, se está incorporando a este mix de energía limpia. Este enfoque no solo permite a Suecia satisfacer sus necesidades internas de electricidad, sino que también les permite ser un exportador neto significativo de electricidad limpia, ayudando a los países vecinos a reducir sus emisiones.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Suecia debería considerar la expansión de tecnologías que ya son exitosas en el país. Aumentar la capacidad nuclear y eólica no solo ayudaría a satisfacer la demanda creciente, sino que también fortalecería la autosuficiencia energética del país y reduciría la dependencia de combustibles fósiles. Además, con la electrificación de otros sectores como el transporte y la industria en mente, estas expansiones serían esenciales para asegurarse de que toda la energía adicional necesaria sea baja en carbono y así minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero. Integrar más energía solar también podría diversificar el portafolio energético del país, aunque las instalaciones existentes de energía nuclear y eólica deberían ser la clave del crecimiento del futuro.
La historia de la electricidad baja en carbono en Suecia está marcada por importantes desarrollos y fluctuaciones. En los años 80, la energía nuclear experimentó significativos incrementos en su generación. Sin embargo, en la década de los 90, hubo una notable disminución en la producción nuclear en 1992, aunque se vio parcialmente compensado por un auge en la energía hidroeléctrica. El cambio de milenio trajo mayores desafíos, con una caída notable en la nuclear en 2000, seguida de una recuperación en 2001. En la última década del siglo XXI y principios del siglo XXI, la energía hidroeléctrica ha mostrado fluctuaciones significativas, con aumentos y descensos alternados, mientras que la energía nuclear sufrió una reducción importante en 2009 y nuevamente en 2020. A pesar de estas fluctuaciones, el compromiso de Suecia con la energía baja en carbono sigue siendo fuerte y continúa siendo un ejemplo de liderazgo en energía limpia.