Actualmente, Finlandia ha logrado un notable éxito en el consumo de electricidad de fuentes bajas en carbono, con un impresionante 87.55% proveniente de estas fuentes limpias. Desglosando este porcentaje, la energía nuclear representa el 38.83%, siendo la mayor contribuyente individual. La energía eólica proporciona un 19.41%, seguida de la energía hidroeléctrica con un 17.87% y los biocombustibles con un 9.94%. Importaciones netas contribuyen con un 7.65%. Por otro lado, los combustibles fósiles tienen una presencia mínima, sumando un total de 3.41%, con el gas al 1.79% y el carbón al 1.61%. La energía solar constituye un pequeño 1.46%. Este panorama es significativo, ya que más de las tres cuartas partes de la electricidad en Finlandia son de fuentes sostenibles, lo cual es un logro notable. La siguiente etapa para el país será la electrificación de otros sectores como el transporte, la calefacción y la industria, lo cual requerirá aún más electricidad.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Finlandia podría enfocarse en la expansión de tecnologías existentes como la nuclear y la eólica, ya que estas ya están generando cantidades significativas de electricidad en el país. La construcción de nuevas plantas nucleares y la ampliación de las existentes podrían proveer una base fiable y constante de electricidad limpia. Asimismo, incrementar la capacidad de parques eólicos, tanto en tierra como en alta mar, podría aprovechar los recursos naturales del país y aumentar significativamente la producción de energía eólica. Invertir en estas tecnologías no solo asegurará un suministro constante y sostenible de electricidad, sino que también contribuirá significativamente a la reducción de emisiones de carbono y a la lucha contra el cambio climático.
En cuanto a la historia de la electricidad baja en carbono en Finlandia, se observa un aumento constante en la capacidad. En la década de 1980, la energía nuclear creció significativamente, con un aumento de 7.4 TWh en 1981. La energía hidroeléctrica también tuvo un impulso en 1981 con un incremento de 4 TWh. Durante los años 90 y principios de los 2000, se vieron fluctuaciones en la producción hidroeléctrica con incrementos notables en 1991 y 1998, seguidos por descensos en 2002 y 2006. A partir de los años 2010, la energía eólica comenzó a ganar terreno, con un notable incremento de 2.3 TWh en 2020. Más recientemente, en 2023, la generación nuclear tuvo otro aumento considerable de 8.6 TWh, reafirmando su papel crucial en el mix eléctrico de Finlandia. Este desarrollo histórico apunta a un compromiso continuo con la expansión de la electricidad baja en carbono, en particular la nuclear y la eólica, como pilares del futuro energético sostenible del país.