En el período comprendido entre octubre de 2023 y septiembre de 2024, la demanda de electricidad en Bélgica ha sido cubierta mayoritariamente por fuentes de energía limpia, con un 68.68% del total de la electricidad proveniente de estas fuentes. La energía nuclear ha sido la mayor contribuyente, proporcionando un sólido 36.03% de la electricidad del país. La energía eólica también desempeñó un papel significativo, generando aproximadamente el 16.61%, mientras que la solar aportó un 9.5%. Otras fuentes de energía limpia, como los biocombustibles y la energía hidroeléctrica, contribuyeron con un 3.29% y un 3.25% respectivamente. Por otro lado, los combustibles fósiles representaron un 12.15% de la generación de electricidad en Bélgica, siendo el gas la única fuente fósil. Además, las importaciones netas cubrieron el 11.85% de las necesidades eléctricas del país.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Bélgica puede considerar la expansión de sus capacidades nucleares y eólicas. Al observar países con éxito en estas áreas, se pueden aprender importantes lecciones. Por ejemplo, Francia obtiene el 67% de su electricidad de la energía nuclear, demostrando que una sólida infraestructura nuclear puede cubrir una gran parte de la demanda eléctrica. Similarmente, Dinamarca obtiene el 61% de su electricidad de la energía eólica, y países como Uruguay e Irlanda también han tenido éxito con este enfoque, con el 36% y el 34% de la generación de electricidad proveniente del viento, respectivamente. Bélgica podría seguir estas prácticas exitosas al aumentar sus inversiones en infraestructura nuclear y eólica para asegurar un suministro de electricidad más limpio y sostenido.
La historia de la electricidad baja en carbono en Bélgica ha mostrado altibajos significativos, especialmente en la generación nuclear. Entre los años 1975 y 1997, se observó un crecimiento constante en la producción nuclear con incrementos notables en varios años. Sin embargo, a partir de 2012, se evidenciaron grandes caídas en la generación nuclear, destacando los años 2012, 2014 y 2015 con disminuciones de -7.9 TWh, -8.9 TWh y -7.6 TWh respectivamente. Esta tendencia negativa continuó, aunque hubo recuperaciones temporales como en 2016 y 2019. Más recientemente, 2023 también vio una disminución significativa de -10.5 TWh, mientras que la energía eólica mostró un aumento constante con un incremento de 3.1 TWh en el mismo año. La actitud crítica hacia la energía nuclear en términos de políticas ha frenado lo que podría ser una fuente más estable de electricidad baja en carbono para el país.