En Bélgica, el consumo de electricidad en 2024 muestra una notable inclinación hacia fuentes limpias. Más de dos tercios de la electricidad se genera a través de tecnologías bajas en carbono, con la energía nuclear liderando el grupo al representar aproximadamente el 37%. La energía eólica y solar también tienen contribuciones significativas, representando un 17% y un 11%, respectivamente. En contraste, casi una quinta parte de la electricidad todavía proviene de combustibles fósiles, con el gas como principal contribuyente. Las importaciones netas suman otro 11%, lo que refleja cierta dependencia externa de la electricidad.
Para que Bélgica incremente su producción de electricidad baja en carbono, podría enfocarse en expandir sus capacidades nucleares, eólicas y solares. El ejemplo de Francia es revelador, donde el 68% de su electricidad proviene de energía nuclear, lo que sugiere que la expansión de centrales nucleares podría ser una estrategia efectiva para Bélgica. De manera similar, Dinamarca ha avanzado significativamente en la energía eólica, generando más de la mitad de su electricidad a partir de esta fuente. Bélgica podría aprender de estos ejemplos para mejorar su mix energético. Incrementando tanto la capacidad nuclear como la eólica y solar, Bélgica podría reducir su dependencia de combustibles fósiles y de importaciones de electricidad.
La historia de la electricidad baja en carbono en Bélgica, particularmente a través de la energía nuclear, ha experimentado altibajos significativos a lo largo de las décadas. Durante la década de 1980, especialmente entre 1983 y 1986, hubo un notable aumento en la generación nuclear. Sin embargo, varios declives marcaron los años 2010, con reducciones importantes en 2012, 2014 y 2015. Estos descensos críticos son preocupantes para la fiabilidad y sostenibilidad a largo plazo del suministro eléctrico. En contraposición, los últimos años han visto fluctuaciones, pero también una recuperación en ciertos momentos como en 2016 y 2019. La energía eólica está ganando terreno, especialmente en los últimos años, con incrementos notables en 2020 y 2023, subrayando el creciente compromiso del país con soluciones energéticas limpias y sostenibles.