En 2024, el consumo de electricidad en Bélgica está dominado por fuentes de energía baja en carbono que representan más de dos tercios del total. Dentro de estas, la energía nuclear es la protagonista, generando más de un tercio de la electricidad del país. La energía eólica aporta una parte significativa, cercana al 15%, mientras que la solar se suma con un 10%. La contribución de los biocombustibles y la energía hidroeléctrica es menor, pero no insignificante, con aproximadamente un 3% cada una. En contraste, los combustibles fósiles representan alrededor del 14% de la electricidad generada, todo ello proveniente del gas. Las importaciones netas completan el panorama con poco más del 10%, reflejando cierta dependencia de la electricidad importada.
Bélgica tiene una oportunidad única para aumentar la generación de electricidad baja en carbono al expandir sus capacidades nuclear, eólica y solar. Estas tecnologías ya juegan un papel crucial en su mezcla energética, y existe un potencial considerable de crecimiento. Bélgica podría inspirarse en países como Francia y Eslovaquia, donde la energía nuclear genera entre el 60% y el 68% de la electricidad. Asimismo, la experiencia de Dinamarca, donde la energía eólica produce más del 50% de la electricidad, muestra que un compromiso firme con esta fuente puede traer grandes beneficios. También es relevante observar cómo países más cercanos geográficamente como Irlanda, Lituania y los Países Bajos han logrado fortalecer su capacidad eólica, generando hasta un 34% de su electricidad a partir de esta fuente. Bélgica debería considerar estas estrategias exitosas para reducir aún más su dependencia de combustibles fósiles, mitigando así el impacto ambiental negativo de estas fuentes.
Históricamente, la energía baja en carbono en Bélgica ha evolucionado de manera significativa. Durante los años 70 y 80, la energía nuclear experimentó un rápido crecimiento, con incrementos importantes como los 8.4 TWh en 1983 y 6.9 TWh en 1985. Sin embargo, a partir de la década de 2010, la generación nuclear ha sido notablemente inestable, con caídas graves como las de 2012 (-7.9 TWh) y 2018 (-13.6 TWh). Esto refleja una serie de desafíos que deben ser abordados para asegurar un suministro energético estable y limpio. Concurrentemente, la energía eólica ha comenzado a tomar protagonismo, especialmente desde 2020, con incrementos superiores a los 3 TWh en algunos años. Refuerzos en estas áreas, junto con un esfuerzo continuo para aumentar la participación del sector eólico y solar, asegurarán un futuro más sostenible para la generación de electricidad en Bélgica.