En Burkina Faso, el consumo de electricidad en 2022 muestra una gran dependencia de importaciones netas, que ascienden a 1.55 TWh. Esto refleja una insuficiencia en la generación local de electricidad. En comparación con el promedio global que es de 3638 watts por persona, Burkina Faso se encuentra significativamente por debajo. Este bajo nivel de generación eléctrica puede limitar el desarrollo económico y la mejora de la calidad de vida, ya que la electricidad es esencial para diversas actividades económicas y oportunidades educativas y de salud.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Burkina Faso podría mirar ejemplos exitosos en otros países, particularmente aquellos con contextos similares. India, que ha logrado avances notables en energía solar con 128 TWh, y Brasil, que también ha aprovechado la energía eólica con 102 TWh, demuestran que con inversión adecuada y políticas favorables, es posible expandir significativamente estas formas de energía. Además, China ha tenido un gran éxito tanto en energía eólica con 1003 TWh como en solar con 710 TWh. Adoptar estrategias similares al enfocarse en la inversión en infraestructura para energías limpias como solar y eólica podría ser altamente beneficioso para Burkina Faso.
En cuanto a la historia de la electricidad baja en carbono en Burkina Faso, se observa que la energía hidroeléctrica tuvo un aumento leve en 1996 y 1999, pero mantuvo un crecimiento nulo hasta 2016, cuando aumentó ligeramente nuevamente. La energía solar comenzó a aparecer en registros en 2010, aunque su incremento más destacado fue en 2018 con un modesto aumento de 0.1 TWh. A lo largo de las últimas décadas, los avances han sido lentos y muy limitados, lo que resalta la necesidad de un enfoque más agresivo y sostenible hacia la integración de energías bajas en carbono, como la eólica y la solar, para mejorar la autosuficiencia energética del país.