En Angola, en 2022, el consumo de electricidad refleja una apuesta significativa hacia fuentes de energía baja en carbono. Más de tres cuartas partes de la electricidad proviene de este tipo de fuentes, gracias en gran medida a la energía hidroeléctrica que representa casi toda la cuota de energía baja en carbono con un asombroso 74.62%. El restante cuarto de la generación eléctrica del país se basa en combustibles fósiles, de los cuales el gas es el más significativo con cerca de un 10%. Esto evidencia un avance importante hacia la producción de electricidad más limpia, limitando el impacto ambiental negativo asociado a la quema de combustibles fósiles.
Para aumentar aún más su capacidad de generación baja en carbono, Angola puede inspirarse en las estrategias exitosas de otros países. Uruguay logró generar un 36% de su electricidad a partir de energía eólica, un modelo que Angola podría considerar debido a las similitudes geográficas y climáticas. Además, buscar diversificación incorporando también energía solar podría ser rentable, como han logrado países como Grecia, que obtiene un 22% de su energía eléctrica de esta fuente. Este enfoque no solo reducirá la dependencia de los combustibles fósiles, sino que también promoverá la sostenibilidad y reducirá las emisiones de gases de efecto invernadero.
Históricamente, el desarrollo de la electricidad baja en carbono en Angola ha estado centrado principalmente en la energía hidroeléctrica. Desde la década de 1990, el país ha visto un crecimiento constante en la generación hidroeléctrica con incrementos significativos en años como 2012, 2016, y 2018 con aumentos de hasta 1.5 y 2.7 TWh respectivamente. Aunque en 2013 hubo una ligera disminución de 0.7 TWh, el crecimiento general se ha mantenido constante. En la última década, el enfoque ha permanecido estable, lo que ha posicionado a la energía hidroeléctrica como la columna vertebral de la matriz eléctrica baja en carbono de Angola.