En Eswatini, más de la mitad de la electricidad consumida proviene de importaciones netas, con un 62% del total. Las fuentes de energía baja en carbono representan un poco más de un tercio del consumo, con la energía hidroeléctrica a la cabeza, proporcionando el 20% de la electricidad. Los biocombustibles contribuyen con un 14%, mientras que la energía solar aporta un pequeño 2%. Los combustibles fósiles tienen una presencia mínima en la matriz eléctrica de Eswatini, siendo sólo un 1% del total, alimentado exclusivamente por carbón.
¿Está creciendo la electricidad en Esuatini?
La situación de la electricidad en Eswatini ha visto una disminución en su consumo. En 2023, el consumo per cápita es de 1211 kWh, lo que marca una disminución considerable desde el récord de 1549 kWh por persona registrado en 2007. Asimismo, la generación de electricidad baja en carbono ha disminuido, con un nivel actual de 439 kWh/persona, una caída desde el récord de 656 kWh/persona en 2001. Este decaimiento plantea serios desafíos en la transición hacia una mayor dependencia de fuentes de energía limpias.
Sugerencias
Para incrementar la generación de electricidad baja en carbono, Eswatini puede considerar las experiencias exitosas de otros países. Por ejemplo, Marruecos ha aprovechado el viento para satisfacer el 21% de su demanda eléctrica; esto es una potencial área de enfoque para Eswatini, dado que se encuentra en una región geográfica similar que podría aprovechar recursos eólicos. Además, el éxito de Líbano en la generación solar, con un 31%, muestra el potencial ampliado que Eswatini podría alcanzar si invierte en esta tecnología. Aprender de estas experiencias puede guiar a Eswatini en el camino hacia un futuro energético más limpio y sostenible.
Historia
La historia de la generación de electricidad baja en carbono en Eswatini muestra varias fluctuaciones. A principios de los años 2000, se observó un aumento en biocombustibles, especialmente en el año 2000. Sin embargo, la energía hidroeléctrica experimentó reducciones en algunos años como 2003, 2014 y 2015, pero también experimentó incrementos particulares como en 2013, 2017 y 2018. Estos vaivenes subrayan la necesidad de una estrategia estable y consistente para aumentar la participación de la energía baja en carbono, asegurando así un suministro energético más limpio y resiliente en el futuro.
Electrificación
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