En Liberia, el consumo de electricidad en 2023 sigue siendo extremadamente bajo, con un uso promedio por persona que representa una fracción de la media global de 3813 vatios por persona. La mayor parte de la generación de electricidad en el país proviene de energías limpias, en particular la energía hidroeléctrica, mientras que el uso de combustibles fósiles es casi inexistente. Esta dependencia de una fuente limpia única refleja un potencial desaprovechado para diversificar el mix energético hacia otras formas de generación baja en carbono. El acceso limitado a la electricidad no solo ralentiza el desarrollo económico, sino que también dificulta el acceso a servicios básicos, afectando negativamente la calidad de vida de sus habitantes.
Para expandir la generación de electricidad baja en carbono, Liberia podría beneficiarse del ejemplo de otros países que han aumentado significativamente su capacidad eólica y solar. Por ejemplo, China ha logrado generar enormes cantidades de electricidad a partir del viento y el sol, alcanzando 992 TWh y 834 TWh respectivamente en 2023. El éxito de Brasil con la energía eólica, logrando 108 TWh, podría servir también como modelo, dado que ambos países comparten ciertas similitudes climáticas favorables para estas tecnologías. Adoptando políticas de incentivación y ofreciendo facilidades regulatorias, Liberia podría desarrollar un sector eólico y solar robusto, complementando su actual capacidad hidroeléctrica.
Mirando hacia atrás en la historia de la generación de electricidad baja en carbono en Liberia, la dependencia casi exclusiva de la energía hidroeléctrica ha sido evidente por décadas. Desde la década de los 80, la producción de energía hidroeléctrica ha registrado fluctuaciones mínimas, con un leve aumento en 1985 y una pequeña adición en 2018. Sin embargo, desde entonces, no ha habido aumentos significativos, lo que indica una estancada expansión en la generación hidroeléctrica. Esta falta de diversidad en la matriz energética subraya la necesidad de invertir en otras formas de producción baja en carbono para asegurar un suministro eléctrico más robusto y confiable en el futuro.