En Liberia, el consumo de electricidad en 2022 se encuentra en niveles significativamente bajos, con prácticamente toda la generación de electricidad proveniente de energía hidroeléctrica, un tipo de energía limpia o baja en carbono. Sin embargo, la cantidad total de electricidad generada por persona es mucho menor que la media mundial de 3638 vatios por persona. Esto podría tener graves repercusiones en el desarrollo económico y social del país, frenando el progreso en áreas como la educación, la sanidad, y la industrialización. Sin acceso suficiente a electricidad, muchos ciudadanos podrían enfrentar limitaciones en la calidad de vida y oportunidades de empleo. Además, depender en gran medida de una sola fuente de energía, como la hidroeléctrica, puede exponer al país a vulnerabilidades respecto a las condiciones climáticas y a la disponibilidad de agua.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Liberia podría considerar la adopción de otras tecnologías limpias, como la eólica y la solar, que han mostrado un gran potencial en múltiples países. Tomando como ejemplo a Brasil y China, que tienen un alto nivel de generación eólica y solar respectivamente, Liberia podría implementar políticas para estimular la inversión en infraestructuras similares. Estos países muestran cómo, con los incentivos y la tecnología adecuada, se puede lograr un aumento considerable de la capacidad de generación limpia. Además, Liberia podría aprender de naciones con características demográficas y geográficas parecidas que han implementado con éxito proyectos de energía baja en carbono, diversificando así su matriz eléctrica y reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles.
Históricamente, la generación de electricidad baja en carbono en Liberia ha sido bastante estable, centrada exclusivamente en la energía hidroeléctrica. Durante los años 80, la producción se mantuvo sin cambios notables, con la única excepción de una pequeña disminución en 1984. Más recientemente, en 2020, Liberia experimentó un leve incremento en su generación hidroeléctrica. Sin embargo, desde entonces, no ha habido cambios significativos, lo que sugiere la necesidad de explorar otras fuentes de energía baja en carbono para mejorar la resiliencia y la capacidad de su red eléctrica. Expansiones en energía eólica y solar pueden aportar diversificación a su mix energético, ayudando a mitigar los riesgos asociados con una dependencia exclusiva en hidroeléctrica.