En 2022, la situación del consumo eléctrico en Djibouti refleja una fuerte dependencia de las importaciones netas, que representan más del 79% del suministro total de electricidad. Solo el 20% de la electricidad es generada a partir de combustibles fósiles, lo que sugiere que hay un potencial significativo para avanzar hacia soluciones de energía baja en carbono. Actualmente, Djibouti se encuentra en una fase de transición energética, con una fracción mínima o casi inexistente de producción local de electricidad baja en carbono. Esto plantea un desafío, pero también una oportunidad para diversificar las fuentes de energía y reducir la dependencia de las importaciones y los combustibles fósiles, que impactan negativamente en el medio ambiente debido al cambio climático y la contaminación del aire.
Para que Djibouti aumente su generación de electricidad baja en carbono, podría aprender de países exitosos en esta área. Por ejemplo, Francia destaca con un 67% de su electricidad generada mediante energía nuclear, demostrando el potencial de esta fuente energética en regiones con necesidades similares. Por otro lado, Dinamarca genera el 61% de su electricidad a partir de energía eólica, lo que resalta su aprovechamiento de fuentes de energía limpia. Países como Uruguay logran un 36% de generación eólica, y Grecia un 22% de energía solar, ambos ejemplos relevantes para Djibouti, dada su situación geográfica y potencial solar y eólico. Implementar estas tecnologías podría no solo satisfacer la demanda interna, sino también ofrecer la oportunidad de exportar electricidad en un futuro sostenible.
Históricamente, Djibouti ha tenido una producción mínima de electricidad baja en carbono. En las primeras décadas del siglo XXI, no se observa un progreso significativo en la transición hacia energías limpias, ni un aumento notable en la generación a partir de fuentes como la nuclear, eólica o solar. Este patrón refleja la necesidad de políticas más ambiciosas e inversiones en infraestructura que abran paso a un sistema eléctrico más sostenible y diversificado. Al aprovechar el potencial de las energías solar y eólica, muy adecuadas debido al clima y ubicación de Djibouti, el país puede mejorar su independencia energética y contribuir al esfuerzo global para disminuir la huella de carbono.