En 2022, el consumo eléctrico en Ghana mostró una clara dependencia de los combustibles fósiles, con más de dos tercios de su electricidad proveniente de estas fuentes, y el gas representando aproximadamente el 63% del total. Mientras tanto, la generación de electricidad baja en carbono representó un poco más de un tercio del total, siendo la energía hidroeléctrica prácticamente su única fuente, contribuyendo esta última poco más del 33% del mix energético del país. La falta de diversificación hacia otras formas de generación baja en carbono, como la nuclear, la solar y la eólica, resalta una oportunidad significativa para avanzar hacia el desarrollo sostenible y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Para incrementar la generación de electricidad baja en carbono, Ghana puede inspirarse en países exitosos en esta área. Por ejemplo, Uruguay y Dinamarca han logrado notables aportes de energía eólica, alcanzando cerca del 36% y 61%, respectivamente, de su generación eléctrica. Estos ejemplos muestran cómo la infraestructura adecuada y políticas de apoyo pueden facilitar una transición efectiva hacia una matriz energética más limpia. Además, la energía nuclear es otra opción viable, con países como Francia generando más de la mitad de su electricidad a través de esta fuente. Al seguir estos ejemplos, Ghana puede diversificar sus fuentes de energía eléctrica, priorizando tecnologías limpias que reduzcan su dependencia de los combustibles fósiles y promuevan un entorno más sostenible.
Históricamente, Ghana ha experimentado fluctuaciones significativas en su generación de electricidad baja en carbono, principalmente a través de la energía hidroeléctrica. Durante los años 80, la generación hidroeléctrica mostró una recuperación afirmativa, con aumentos notables en 1985 y 1986. Sin embargo, en los últimos años del siglo XX y principios del XXI, esta trayectoria ha enfrentado varios desafíos con períodos de declive, como en 1998 y 2002. A pesar de estos altibajos, ha habido algunos años de incremento, notoriamente en 2008 y más recientemente en 2019. Esta historia resalta la necesidad de diversificar las fuentes bajas en carbono en el país para garantizar una producción eléctrica estable y sostenible.