En 2023, Ghana se encuentra en una situación en la que más de la mitad de su generación de electricidad proviene de combustibles fósiles, específicamente gas, que representa aproximadamente el 60% de la energía generada. Mientras tanto, la energía baja en carbono representa poco más de un tercio de la generación total, con la energía hidroeléctrica dominando este sector. Es crucial que Ghana considere la expansión de fuentes bajas en carbono para reducir su dependencia de los combustibles fósiles, que contribuyen al cambio climático y la contaminación atmosférica.
¿Está creciendo la electricidad en Ghana?
En cuanto al crecimiento de la electricidad, Ghana ha experimentado un aumento en el consumo per cápita, pasando de 700 kWh por persona en 2022 a 719 kWh en 2023. Aunque este crecimiento es modesto, indica una tendencia positiva hacia un mayor uso de electricidad, lo cual es crucial para el desarrollo económico y el bienestar de la población. Sin embargo, la generación de electricidad baja en carbono ha disminuido desde su récord de 1980, cuando era de 444 kWh por persona, hasta 277 kWh en 2023, una tendencia preocupante que pone en riesgo la sostenibilidad ambiental de su crecimiento eléctrico.
Sugerencias
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Ghana podría considerar copiar las experiencias exitosas de otros países. Por ejemplo, Chile y Grecia han destacado por su desarrollo en energía solar, alcanzando el 22% y el 21% respectivamente en su mix eléctrico. Además, países con contextos similares, como Marruecos, han logrado un 21% de generación de energía eólica, demostrando el potencial de estas tecnologías en regiones con condiciones climáticas favorables. Aprender de estos ejemplos podría ayudar a Ghana a diversificar su suministro eléctrico y reducir su dependencia de combustibles fósiles.
Historia
En cuanto a la historia de la electricidad baja en carbono en Ghana, ha estado marcada por fluctuaciones en la generación de energía hidroeléctrica. En la década de 1980, hubo una disminución significativa, en especial entre 1983 y 1984. Luego, se observaron aumentos intermitentes durante la década de 1990 y principios de los 2000, aunque con algunas reducciones notables, como en 1998 y 2002. En 2008 y posteriormente en 2019 y 2022, se registraron incrementos notables. Este historial resalta la necesidad de un enfoque más estable y diversificado hacia las fuentes bajas en carbono, que podrían incluir la expansión de energía nuclear y solar, garantizando un suministro eléctrico constante y sostenible para el futuro.
Electrificación
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