En 2022, Ghana dependió en gran medida de los combustibles fósiles para su generación de electricidad, representando más de la mitad del consumo energético, gracias principalmente al gas que aportó sobre 63% del total. Por otro lado, la electricidad baja en carbono constituía casi un tercio del consumo, siendo la energía hidroeléctrica la principal contribuyente con un poco más de 33%. Esta significativa dependencia de los combustibles fósiles subraya la necesidad de una transición hacia fuentes de energía más sostenibles y limpias para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mitigar el cambio climático.
Para incrementar la generación de electricidad baja en carbono, Ghana debería considerar la diversificación de sus fuentes de energía siguiendo ejemplos exitosos de otros países. Uruguay ha logrado generar casi el 36% de su electricidad a partir de energía eólica, estableciendo un modelo a seguir para Ghana. Además, países con economías en desarrollo como Grecia, que produce el 22% de su electricidad de fuentes solares, también ofrecen lecciones valiosas. La inversión en infraestructura para energía eólica y solar no solo puede aumentar la participación de energía baja en carbono, sino también proporcionar una mayor seguridad energética y estabilidad.
En las últimas décadas del siglo XX, Ghana experimentaba fluctuaciones en la generación hidroeléctrica con ciertas caídas significativas, como la de 1983 con una reducción de 2.3 TWh, pero también con incrementos notables, como el observado en 2008 con un aumento de 2.4 TWh. Durante los primeros años del siglo XXI, el país continuó enfrentando variabilidad en la producción hidroeléctrica, incluyendo descensos puntuales hasta 2007, seguidos de aumentos en años posteriores. Estas iniciativas históricas subrayan un compromiso sostenido con las fuentes de energía baja en carbono, aunque el aumento y la estabilidad de esta eléctrica deberán acentuarse para alcanzar un futuro más limpio y próspero.