En 2023, el consumo de electricidad en Ghana está notablemente dominado por combustibles fósiles y gas, representando un poco más del 61% y cerca del 60% respectivamente. Esto indica que más de la mitad de la electricidad generada en el país proviene de fuentes de energía que son menos sostenibles y contribuyen al cambio climático y la contaminación del aire. Por otro lado, la electricidad baja en carbono representa casi el 39% del total, con la energía hidroeléctrica liderando en esta categoría con aproximadamente el 38%. Esta distribución resalta la necesidad de aumentar la participación de tecnologías limpias para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y sus negativos impactos ambientales.
Para elevar la generación de electricidad baja en carbono, Ghana puede mirar al éxito de países que han logrado desarrollar significativamente su capacidad en energía nuclear y eólica. Francia, por ejemplo, genera un 68% de su electricidad a partir de energía nuclear, lo que destaca su compromiso con una producción de electricidad más limpia. Un ejemplo relevante para Ghana podría ser Dinamarca, donde la energía eólica representa un impresionante 52% de la generación de electricidad. Además, Uruguay ha logrado aprovechar la energía eólica, generando casi el 28% de su electricidad. Aprender de estas experiencias puede ayudar a Ghana a formular políticas efectivas para la expansión de la infraestructura de nuclear, eólica y solar, impulsando así una transición hacia una electricidad más limpia y sostenible.
Históricamente, la energía hidroeléctrica ha sido la principal fuente de electricidad baja en carbono en Ghana, aunque con fluctuaciones significativas en su generación a lo largo de los años. En los primeros años de la década de 1980, Ghana experimentó una disminución en la generación hidroeléctrica, destacándose un descenso de 2.3 TWh en 1983. Durante las décadas siguientes, se han registrado tanto incrementos como descensos marcados, con caídas importantes como la de 3 TWh en 1998 y un aumento notorio de 2.4 TWh en 2008. Estas variaciones resaltan la volatilidad de la dependencia exclusiva de la hidroeléctrica e indican la necesidad de diversificar hacia otras fuentes limpias y estables como la nuclear y la eólica para asegurar un suministro energético confiable y sostenible en el futuro.