En 2022, el estado del consumo de electricidad en Guinea Ecuatorial presenta una mezcla interesante de fuentes de energía baja en carbono y combustibles fósiles. Más de la mitad de la electricidad, específicamente un 67%, se genera a partir de combustibles fósiles, con el gas representando casi toda esa proporción. Por otro lado, la electricidad baja en carbono constituye aproximadamente un 33% del total, siendo la energía hidroeléctrica la única fuente significativa dentro de este grupo. Esta dependencia de combustibles fósiles, dominada por el gas, no solo impacta al medio ambiente sino también coloca a Guinea Ecuatorial en posición de riesgo en términos de volatilidad en el precio y suministro de gas.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Guinea Ecuatorial puede aprender de países que han incrementado significativamente su uso de energías limpias. Por ejemplo, Uruguay ha logrado generar casi el 36% de su electricidad a partir del viento, mostrando cómo la inversión en esta tecnología puede reducir la dependencia de combustibles fósiles. De manera similar, Grecia ha alcanzado un 22% de generación mediante energía solar, demostrando la viabilidad y el potencial de esta fuente en temperaturas y condiciones climáticas comparables a las de Guinea Ecuatorial. Estas experiencias pueden servir como modelo para diversificar y robustecer el portafolio energético mediante inversiones en energía solar y eólica, complementando así el actual uso de hidroeléctrica.
En cuanto a la historia de la electricidad baja en carbono en Guinea Ecuatorial, el uso de energía hidroeléctrica ha estado inactivo durante mucho tiempo, con valores reportados de 0 TWh desde 1991 hasta 2011. Sin embargo, un cambio ocurrió en 2012, cuando se registró un aumento en la generación de energía hidroeléctrica en pequeñas cantidades, alcanzando un incremento de 0.1 TWh en 2012 y llegando hasta 0.2 TWh en 2013, antes de estabilizarse nuevamente. Esa pequeña subida en 2013 demuestra que hay potencial para el crecimiento futuro en este sector. La falta de diversificación histórica resalta la necesidad urgente de implementar más proyectos de energía baja en carbono que puedan asegurar un suministro más limpio y sostenible para el futuro.