En el año 2022, el consumo eléctrico de Guinea Ecuatorial estuvo dominado por los combustibles fósiles y, en particular, por el gas, que representó casi el 67% de la generación total de electricidad. La energía baja en carbono, que en Guinea Ecuatorial está compuesta exclusivamente de energía hidroeléctrica, contribuyó con aproximadamente un 33% del total. Esto significa que más de las dos terceras partes de la electricidad en Guinea Ecuatorial provienen de fuentes de energía basadas en combustibles fósiles, lo que resalta una fuerte dependencia de los recursos no sostenibles y una significativa emisión de carbono, contribuyendo al cambio climático y la contaminación del aire.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Guinea Ecuatorial puede aprender de las experiencias exitosas de otros países. Por ejemplo, Dinamarca y Uruguay han demostrado que la energía eólica puede contribuir en más de un tercio de la generación eléctrica total, con un 61% y 36% respectivamente. Francia ha logrado producir más de dos tercios de su electricidad mediante energía nuclear, representando un 67% de su producción. Incluso países más pequeños y con recursos limitados, como Cabo Verde, han alcanzado un 14% de generación eléctrica mediante energía eólica. Guinea Ecuatorial podría considerar inversiones en infraestructura eólica y nuclear para diversificar su mix energético y reducir su dependencia de los combustibles fósiles, siguiendo estas estrategias exitosas.
La historia de la electricidad baja en carbono en Guinea Ecuatorial ha estado marcada principalmente por la energía hidroeléctrica. Desde 1991 hasta el año 2008, no hubo cambios significativos en la generación eléctrica mediante esta fuente, manteniéndose en cero cada año. A partir de 2012, se observan incrementos mínimos anuales: 0.1 TWh en 2012, 0.2 TWh en 2013 y otros incrementos aislados de 0.1 TWh en 2014 y 2015. Sin embargo, desde el 2017, no ha habido un aporte significativo de la energía hidroeléctrica a la red eléctrica del país, manteniéndose en cero nuevamente hasta 2022. Esto indica una falta de desarrollo continuo en infraestructura hidroeléctrica y subraya la necesidad de explorar y potenciar otras fuentes de energía baja en carbono.