En 2022, el consumo de electricidad en Benín se basa principalmente en combustibles fósiles, con una generación de 1,11 TWh proveniente de estas fuentes. Esta cantidad representa más de la mitad de su producción eléctrica total, dado que las fuentes bajas en carbono generan prácticamente nada de electricidad en el país. Al comparar la generación per cápita, el promedio global es de 3606 watts por persona, lo que coloca a Benín muy por debajo de este nivel. Esta baja generación genera retos, como el acceso limitado a servicios básicos, restricciones al desarrollo económico y una presión aumentada para atender la sostenibilidad medioambiental y la mitigación del cambio climático.
Para mejorar la electricidad baja en carbono, Benín puede aprender de países exitosos en energías limpias. China ha demostrado un gran éxito en la energía eólica, generando 950 TWh, y solar, generando 653 TWh, mostrando la importancia de invertir en estas tecnologías. Brasil, un país que comparte ciertas características con Benín, ha logrado generar 97 TWh mediante energía eólica. Implementar políticas que promuevan la inversión y el uso de la tecnología eólica y solar podría ser altamente beneficioso para Benín. Además, aunque Benín no posee plantas nucleares actualmente, podría considerar el desarrollo en este campo, inspirándose en países como Estados Unidos y Francia, que generan grandes cantidades de electricidad mediante tecnología nuclear.
La historia de la electricidad baja en carbono en Benín refleja muy pocos cambios en las últimas décadas. Desde 1997 hasta 2005, la generación de energía hidroeléctrica se mantuvo sin cambios con cero variación anual, y un patrón similar se observa con los biocombustibles desde 2006 hasta 2010. Hubo incorporaciones esporádicas y poco significativas de energía solar desde 2015 y 2019, pero sin un verdadero impulso hacia la diversificación energética. Esta pasividad en la adopción de tecnologías de baja emisión puede explicarse por una falta de inversión o recursos tecnológicos, pero resalta la necesidad urgente de mejorar e invertir en el futuro energético del país para diversificar sus fuentes y reducir la dependencia de los combustibles fósiles.