En Guinea, el estado actual del consumo de electricidad refleja una dependencia mayoritaria de fuentes de electricidad baja en carbono. Más de tres cuartas partes de la producción eléctrica provienen de electricidad baja en carbono, principalmente de energía hidroeléctrica, que alcanza casi la totalidad de la producción baja en carbono en el país. Sin embargo, algo más de una cuarta parte de la electricidad en Guinea todavía se genera a partir de combustibles fósiles. Comparado con el promedio global de generación de electricidad por persona, que es de aproximadamente 3813 watts, Guinea tiene un nivel significativamente más bajo, lo que podría limitar el desarrollo económico y el bienestar social al restringir el acceso a los servicios básicos que requieren electricidad.
Para mejorar la generación de electricidad baja en carbono, Guinea podría aprender de países con antecedentes exitosos en la generación de energías limpias. China, por ejemplo, ha desplegado de manera impresionante la energía eólica y solar, generando cientos de teravatios-hora a partir de estas fuentes. Brasil también representa un caso interesante; con contextos sociales y ecológicos que podrían ser similares a los de Guinea, han logrado generar una cantidad considerable de electricidad especialmente mediante la energía eólica. Guinea debería considerar la inversión en infraestructura nuclear, solar y eólica, aprovechando la rica radiación solar y los vientos disponibles, disminuyendo así la dependencia de los combustibles fósiles y mitigando impactos como el cambio climático y la contaminación atmosférica.
La historia de la electricidad baja en carbono en Guinea ha experimentado algunos altibajos. En las dos décadas entre 1983 y 2003, los avances en la generación hidroeléctrica fueron modestos, con cambios anuales poco significativos en la producción. Sin embargo, desde mediados de la década de 2010, la energía hidroeléctrica en Guinea ha visto un aumento más pronunciado, particularmente en 2021 con un incremento de 1.2 TWh, marcando un periodo de gran potencial para las fuentes de energía baja en carbono en el país. Este notable crecimiento en los últimos años sugiere un movimiento en la dirección correcta, pero es importante que continúe este impulso para consolidar una matriz energética sostenible y robusta.