En 2022, Botswana dependió en gran medida de los combustibles fósiles para su electricidad, con más de la mitad de su energía proveniente de estas fuentes. El carbón, específicamente, representó casi el 59% de la generación total de electricidad. Sin embargo, Botswana también importó una parte significativa de su electricidad, con las importaciones netas representando cerca del 39% del suministro total. Con una dependencia tan fuerte en el carbón y las importaciones, queda espacio para que Botswana mejore su independencia energética y reduzca su impacto ambiental adoptando fuentes de electricidad baja en carbono.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono en Botswana, el país puede inspirarse en las prácticas exitosas de otras naciones. Aunque no tiene industria nuclear, observamos que países como Francia, donde el 68% de la electricidad proviene de energía nuclear, demuestran cómo esta tecnología puede proporcionar un suministro energético estable y bajo en carbono. Además, Botswana podría beneficiarse del desarrollo de la energía eólica, tal como se ha hecho en países más cercanos como Cabo Verde, donde la energía eólica representa el 14% del suministro de electricidad, o en Uruguay, donde alcanza el 33%. Implementar proyectos de energía solar también podría ser ventajoso, como se observa en países soleados como Grecia y Chile, ambos con un 22% de su electricidad generada a partir de energía solar.
Históricamente, Botswana no ha incorporado significativamente la electricidad baja en carbono en su mezcla energética. Desde 2012 hasta 2022, no hubo crecimiento en la generación de electricidad solar, quedando estática durante más de una década. Esta stagnación indica una gran oportunidad no aprovechada para desarrollar fuentes limpias y sostenibles en el país. En los próximos años, Botswana podría beneficiarse mucho al invertir en tecnologías de energía solar y eólica, acompañadas quizá de esfuerzos regionales si decide explorar el desarrollo nuclear, que podrían disminuir su dependencia de los combustibles fósiles y las importaciones, mejorando la sostenibilidad y seguridad energética.