En Sudáfrica, el consumo actual de electricidad está dominado mayoritariamente por combustibles fósiles, que representan más del 80% de la generación total de electricidad. De este porcentaje, casi todo proviene del carbón, que compone aproximadamente el 81% de la generación. Por otro lado, la electricidad baja en carbono forma casi una quinta parte de la producción total, con la energía solar aportando casi el 8%, seguida de la energía eólica con cerca del 5% y la energía nuclear contribuyendo un poco más del 3.5%. Durante el año comprendido entre julio de 2023 y junio de 2024, está claro que la dependencia de los combustibles fósiles sigue siendo alta, pero hay un potencial significativo para aumentar la electricidad limpia con la infraestructura adecuada y políticas de apoyo.
Para elevar la generación de electricidad baja en carbono en Sudáfrica, la expansión de la energía eólica, solar y especialmente nuclear puede ofrecer grandes beneficios. Observando el éxito de otros países, Sudáfrica puede aprender de Francia, donde la energía nuclear representa el 67% de su electricidad, o de Dinamarca, que logra generar casi el 60% de su electricidad a partir de la energía eólica. Al fortalecer la inversión en estas fuentes de energía sostenible, Sudáfrica puede reducir su dependencia del carbón y disminuir la contaminación y el impacto del cambio climático. Una estrategia viable sería establecer nuevas plantas nucleares y granjas solares y eólicas, reflejando el progreso de países como Uruguay y Grecia que han desarrollado una parte considerable de su generación eléctrica con energía eólica y solar, respectivamente.
La historia de la electricidad baja en carbono en Sudáfrica ha mostrado tanto avances como desafíos. En la década de 1980, Sudáfrica experimentó aumentos notables en la generación nuclear, notablemente en 1984 y 1986, aunque estos progresos se vieron interrumpidos por una caída en 1987 y nuevamente en 1990. A principios del siglo XXI, la generación nuclear experimentó más caídas, con 2001 y 2005 viendo una disminución preocupante. Sin embargo, ha habido momentos de crecimiento promisorios, como en 2016 y 2021, cuando se incrementó la producción nuclear. En años recientes, ha habido un incremento significativo en la energía solar en 2023/2024, destacando que el potencial para crecer en electricidad baja en carbono es real y alcanzable. Para garantizar un crecimiento continuo de la electricidad limpia, Sudáfrica debe priorizar e invertir en tecnologías bajas en carbono, capitalizando los precedentes exitosos y comprometiéndose a un futuro más sostenible.