En 2022, el consumo de electricidad en São Tomé y Príncipe dependía en gran medida de los combustibles fósiles, con una abrumadora mayoría de más del 90% de su electricidad procedente de estas fuentes. Estos combustibles fósiles contribuyen significativamente al cambio climático y la contaminación del aire. Por otro lado, solo un pequeño porcentaje, algo más del 7%, de la electricidad del país provino de fuentes consideradas bajas en carbono. Todo este porcentaje bajo en carbono corresponde a la energía hidroeléctrica, lo cual muestra una enorme dependencia de fuentes de energía menos sostenibles y una falta de diversificación en términos de generación de electricidad limpia.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, São Tomé y Príncipe podría aprender de países que han tenido éxito en este ámbito. Por ejemplo, Uruguay genera más de un tercio de su electricidad a partir de energía eólica, un recurso que podría ser explorado en la región debido a condiciones de viento favorables. Asimismo, la experiencia de Grecia, que obtiene una quinta parte de su electricidad de energía solar, podría ser un caso de estudio útil, ya que la geografía de São Tomé y Príncipe ofrece condiciones ideales para una expansión solar similar. La implementación de políticas sólidas, incentivos económicos y un enfoque robusto hacia el desarrollo de infraestructura eólica y solar podría transformar el panorama energético del país y disminuir la dependencia de combustibles fósiles.
Históricamente, la generación de electricidad baja en carbono en São Tomé y Príncipe no ha mostrado avances significativos. Desde principios del siglo XXI, la energía hidroeléctrica ha mantenido una contribución constante sin cambios en la generación, como se observa en los años enumerados, donde no hubo adiciones nuevas en la capacidad hidroeléctrica. Esto evidencia una falta de inversión o desarrollo en el sector de electricidad limpia. Para avanzar, São Tomé y Príncipe necesita intensificar sus esfuerzos para diversificar y expandir su matriz eléctrica baja en carbono, comenzando por la integración de tecnologías eólicas y solares, que han demostrado ser eficaces y sostenibles en contextos similares.