En 2022, el consumo de electricidad en São Tomé & Príncipe se caracterizó por una dependencia abrumadora de los combustibles fósiles, que representaron casi el 93% del total de la electricidad generada. En contraste, las fuentes de electricidad baja en carbono como la energía hidroeléctrica solo contribuyeron con un poco más del 7% de la generación. Esto demuestra la necesidad urgente de diversificar y mejorar la proporción de fuentes de electricidad más limpias y sostenibles para reducir la huella de carbono y los impactos negativos asociados al uso de combustibles fósiles, como el cambio climático y la contaminación del aire.
Para incrementar la generación de electricidad baja en carbono, São Tomé & Príncipe puede tomar ejemplo de países similares que han tenido éxito en diversificar sus fuentes de energía. Observamos que países como Cabo Verde han integrado la energía eólica, que representa el 14% de su generación, mostrando el potencial de la energía eólica en regiones con características geográficas similares. También pueden observar países que usan intensamente la energía solar, como Namibia al 13%, para aprovechar el alto índice de radiación solar presente en muchas regiones tropicales. La inversión en infraestructura para energía eólica y solar podría ser un camino viable, complementando a la existente hidroeléctrica, lo que permitiría a São Tomé & Príncipe avanzar hacia un futuro energético más sostenible.
Mirando hacia atrás en la histórica generación de electricidad baja en carbono en São Tomé & Príncipe, vemos que en las últimas dos décadas, desde 2002 hasta 2022, no ha habido cambios significativos en la producción de energía hidroeléctrica, manteniéndose constantemente en el mismo nivel. Esta falta de desarrollo resalta una oportunidad considerable para invertir y actualizar las instalaciones hidroeléctricas y diversificar a otras formas de energía baja en carbono, como la solar y eólica, adaptando estrategias de países que han logrado incrementar significativamente su participación de estas fuentes en sus matrices eléctricas. Tomar medidas decisivas ahora puede marcar una diferencia tangible en la transición hacia un sistema eléctrico más limpio y sostenible.