En los últimos doce meses, desde octubre de 2023 hasta septiembre de 2024, el consumo de electricidad en Kenia ha sido impulsado principalmente por fuentes bajas en carbono. Con una producción total de 11,5 TWh de electricidad baja en carbono, la mayoría provino de la energía geotérmica con 5,6 TWh, seguida de la energía hidroeléctrica y eólica, que generaron 3,55 TWh y 1,75 TWh respectivamente. Además, las importaciones netas contribuyeron con 1,36 TWh. Estas cifras muestran que la electricidad en Kenia se genera principalmente a partir de fuentes limpias, casi en su totalidad, con una dependencia mínima o nula de combustibles fósiles para la generación de electricidad. En comparación con el promedio mundial de consumo eléctrico de 3638 vatios/persona, la generación de electricidad en Kenia es considerablemente más baja. Esto puede resultar en un acceso limitado a la electricidad, afectando el desarrollo económico y el bienestar social.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Kenia debería considerar la expansión de la energía eólica, dado que ya está generando cantidades significativas de electricidad a partir de esta fuente. Kenia puede aprender de países exitosos en generación de energía limpia. Por ejemplo, Brasil genera 102 TWh de electricidad a partir del viento, lo que demuestra el potencial de esta fuente de energía. La experiencia de Brasil es particularmente relevante para Kenia, dada algunas similitudes geográficas y climáticas. Además, Kenia podría considerar el potencial de la energía solar, observando el éxito de India que generó 128 TWh de electricidad solar. Aplicando políticas similares, Kenia podría mejorar su capacidad de generación de energía solar y eólica para satisfacer mejor las necesidades energéticas de su población, asegurando también un desarrollo sostenible.
La historia de la electricidad baja en carbono en Kenia se ha caracterizado por fluctuaciones en la generación de energía hidroeléctrica y el crecimiento de la geotérmica y la eólica. A finales de los años 1990 y principios de los 2000, la energía hidroeléctrica sufrió caídas significativas, pero se recuperó ocasionalmente; sin embargo, desde 2008 las fluctuaciones han continuado. El año 2014 fue trascendental con un aumento en geotérmica en 1,2 TWh y 1,3 TWh en 2015, marcando la expansión de esta fuente de energía. La energía eólica comenzó a tomar protagonismo en 2019 con un aumento de 1,2 TWh y continúa creciendo, como se refleja en el aumento de 0,7 TWh en 2021. Esto indica una tendencia hacia la diversificación de la matriz energética baja en carbono en Kenia, lo cual es crucial para asegurar un suministro energético sostenible y confiable.