En 2022, el consumo de electricidad en la República Centroafricana es bastante limitado, con casi toda la electricidad proviniendo de fuentes de combustibles fósiles como el petróleo y el carbón, y solo una pequeña fracción generada mediante energía baja en carbono, especialmente la hidroeléctrica. Esto significa que la mayoría de los ciudadanos del país tienen acceso a un nivel de electricidad muy por debajo del promedio mundial, que está en 3638 watts por persona. Esta baja generación de electricidad tiene efectos significativos en el desarrollo económico y social del país, limitando el acceso a servicios básicos como la educación y la atención médica, y dificultando las oportunidades de crecimiento económico sostenible.
Para incrementar la generación de electricidad baja en carbono, la República Centroafricana podría beneficiarse al observar las prácticas exitosas de otros países. Por ejemplo, China ha avanzado significativamente en la generación de electricidad utilizando energía eólica y solar, produciendo 1003 TWh mediante energía eólica y 710 TWh mediante energía solar. Brasil, un país con características similares, también ha demostrado que es posible aprovechar el potencial de la energía baja en carbono al generar 102 TWh de energía eólica. Esto demuestra que con las inversiones adecuadas y el aprovechamiento de recursos naturales, como el viento y el sol, la República Centroafricana podría mejorar tanto su disponibilidad de electricidad como reducir las emisiones de carbono.
La historia de la electricidad baja en carbono en la República Centroafricana muestra un panorama de estancamiento en las últimas décadas. Desde el año 2000 hasta 2019, la generación hidroeléctrica no ha visto ningún incremento significativo, manteniéndose constante sin cambios en la producción, lo que indica una falta de inversión o desarrollo en este tipo de infraestructura limpia. Este estancamiento contrasta con la tendencia global hacia la expansión de energías limpias para reducir la dependencia de los combustibles fósiles, y subraya la necesidad urgente de que la República Centroafricana inicie proyectos de energía baja en carbono que puedan mejorar la autosuficiencia energética del país mientras contribuye a la lucha global contra el cambio climático.