En Gambia, el consumo de electricidad por persona en el año 2022 fue significativamente más bajo que el promedio mundial de 3606 watts/persona. La generación de electricidad en Gambia fue principalmente a partir de combustibles fósiles, con casi ninguna aportación proveniente de fuentes de electricidad baja en carbono como la energía eólica, solar o nuclear. Esta alta dependencia en los combustibles fósiles no solo incrementa el costo de la electricidad debido a la volatilidad de los precios del petróleo, sino que también contribuye a la contaminación del aire y al cambio climático. La baja generación de electricidad en general y el limitado uso de fuentes limpias puede afectar negativamente el desarrollo económico y la calidad de vida de la población, al limitar el acceso a servicios básicos y oportunidades de crecimiento.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Gambia podría aprender de países como Brasil e India que han desarrollado con éxito la energia eólica y solar. Estos países han apostado por infraestructuras que permiten aprovechar sus recursos naturales renovables disponibles de manera efectiva. Gambia, con su localización favorable para captar energía solar, podría enfocar sus esfuerzos en la expansión de instalaciones solares, siguiendo los ejemplos de India y Brasil en su estrategia de diversificación energética. Además, la colaboración internacional podría proporcionar los modelos económicos y técnicos necesarios para el desarrollo de plantas nucleares pequeñas, seguras y eficientes, lo cual representaría un paso significativo para lograr la autosuficiencia energética.
A lo largo de los años, Gambia no ha mostrado cambios significativos en la generación de electricidad baja en carbono, lo que sugiere que la dependencia a fuentes fósiles ha prevalecido. Esta falta de desarrollo en infraestructuras de energía limpia podría reflejar una combinación de restricciones económicas, falta de incentivos gubernamentales o inversiones insuficientes en tecnología de energía limpia. En la última década, no se ha registrado un impulso en la adopción de tecnologías eólicas, solares o nucleares, lo cual resalta la necesidad urgente de cambiar la estrategia energética del país para seguir ejemplos positivos internacionales y avanzar hacia un futuro energético más sostenible.