El consumo actual de electricidad en Cabo Verde aún depende en gran medida de los combustibles fósiles, a pesar de los avances significativos en la generación de electricidad baja en carbono. Comparado con el promedio mundial de 410 vatios por persona, el nivel de Cabo Verde está significativamente por debajo. Esta menor generación eléctrica puede limitar el desarrollo económico y social, ya que impacta directamente en industrias como la manufactura, los servicios y la calidad de vivienda. A pesar de estos desafíos, aún se pueden observar esfuerzos por transitar hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles.
Cabo Verde puede tomar ejemplo de países que han tenido éxito en aumentar su generación de electricidad baja en carbono. Existen evidencias en la región que han demostrado que la energía eólica y solar son alternativas viables. Por ejemplo, Brasil ha generado 94 TWh de energía eólica y 49 TWh de energía solar. Asimismo, la energía nuclear podría ser otra opción viable para generar electricidad de forma limpia y eficiente. Países como Estados Unidos y Francia, generan 775 TWh y 319 TWh respectivamente con esta fuente. Por lo tanto, para incrementar la generación de electricidad baja en carbono, Cabo Verde podría expandir sus capacidades de generación eólica y solar y considerar la posibilidad de inversión en energía nuclear.
En términos de la historia de la generación de electricidad baja en carbono en Cabo Verde, aunque los datos mostrados empiezan en 2000, hasta el 2020 no se indica un aumento significativo en la generación, tanto de energía eólica como solar. Es evidente que aun queda mucho trabajo por hacer en Cabo Verde en términos de generación de energía baja en carbono. Sin embargo, existe un gran potencial para el uso de recursos naturales en la generación de electricidad limpia y sostenible, y la nación puede aprender mucho de los éxitos de otros países.