En 2022, el consumo de electricidad de Etiopía fue principalmente baja en carbono, con más del 95% proveniente de fuentes como la energía hidroeléctrica y otras tecnologías limpias. La energía hidroeléctrica constituyó la gran mayoría de esta producción, generando aproximadamente 14,75 TWh. Sin embargo, la dependencia casi total de la energía hidroeléctrica plantea riesgos asociados con la variabilidad climática, que podría afectar la disponibilidad de este recurso. Además, cuando se compara la cantidad total de electricidad generada con el promedio global de 3638 vatios por persona, está claro que Etiopía produce muchísima menos electricidad por habitante. Esto implica restricciones en el acceso a la electricidad para el desarrollo económico e industrial del país, y puede limitar el bienestar general de su población.
Para incrementar la generación de electricidad baja en carbono, Etiopía podría enfocarse en diversificar sus fuentes de energía limpia, especialmente mirando ejemplos exitosos en otros países. China, un país con diversas regiones con condiciones climáticas similares a las de Etiopía, ha tenido un notable éxito en aumentar la generación de electricidad mediante energía eólica y solar, produciendo 1003 TWh y 710 TWh respectivamente sólo con estas dos fuentes. Brasil, que también tiene una dependencia significativa de la energía hidroeléctrica, ha complementado esta capacidad con el desarrollo de energía eólica, generando 102 TWh sólo en 2022. Siguiendo estos ejemplos, Etiopía podría invertir en infraestructuras eólicas y solares para reducir su dependencia de la energía hidroeléctrica y, al mismo tiempo, aumentar su capacidad total de generación eléctrica.
La historia de la electricidad baja en carbono en Etiopía muestra un crecimiento en la generación de energía hidroeléctrica con un incremento paulatino a lo largo de las últimas décadas. En los primeros años de la década del 2000, el aumento anual fue modesto, con un promedio de entre 0,2 a 0,4 TWh adicionales por año. En 2010, hubo un incremento más significativo de 1,4 TWh, seguido de aumentos considerables en 2011 y 2012. La energía eólica comenzó a contribuir más seriamente en 2015, aunque con algunas fluctuaciones en los años subsiguientes. Durante este tiempo, Etiopía ha demostrado un compromiso con el desarrollo de fuentes de energía baja en carbono, particularmente en el fortalecimiento de su infraestructura hidroeléctrica, pero tiene la oportunidad de diversificarse y aumentar el uso de otras fuentes limpias.