En Seychelles, el consumo de electricidad en 2022 aún depende en gran medida de combustibles fósiles, que constituyen más del 85% del total de la generación. La electricidad baja en carbono representa apenas un poco más del 14%, con la energía solar siendo la principal fuente limpia, generando casi el 13%. La energía eólica también contribuye a este suministro limpio, pero en menor medida, con poco más del 1.5%. Esta significativa dependencia de combustibles fósiles no solo aumenta la huella de carbono del país, sino que también podría tener efectos perjudiciales sobre la calidad del aire y el cambio climático.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Seychelles podría apostar por expandir sus actuales infraestructuras solares, dado que ya juega un papel considerable en el mix energético del país. Aprendiendo de ejemplos internacionales exitosos, Seychelles podría considerar cómo lugares como Dinamarca y Uruguay han maximizado el uso de la energía eólica, representando ambos más del 30% de su generación total. Para una nación isleña como Seychelles, el viento y el sol son recursos que pueden ser explotados para alcanzar metas más altas de electricidad limpia. Además, observando a países con climas similares como Cabo Verde, que ha tenido éxito con la inversión en energía eólica, Seychelles podría seguir un camino similar para diversificar sus fuentes de electricidad baja en carbono.
Históricamente, la generación de electricidad baja en carbono en Seychelles ha tenido un progreso estable pero sin incrementos notables en las últimas décadas. Desde 2013 hasta 2018, no hubo diferencias en la capacidad de generación eólica, y este mismo patrón de estancamiento se observó en la producción solar y eólica entre 2019 y 2022. Aunque la capacidad instalada ha mantenido un nivel constante, es imprescindible que Seychelles incremente su inversión en infraestructura baja en carbono para mejorar su sostenibilidad energética y avanzar hacia un futuro más limpio y seguro.