Actualmente, Perú genera una cantidad significativa de electricidad por la energía hidroeléctrica suministrando 28,69 TWh, mientras que genera 33,1 TWh de electricidad baja en carbono. En comparación, Perú produce 28,06 TWh de electricidad a base de combustibles fósiles, con la mayoría proveniente del gas con 26,98 TWh. La producción de biocombustibles y de energía eólica son relativamente bajas con solo 1,1 TWh y 2,34 TWh respectivamente. A nivel mundial, el consumo promedio de electricidad es de 410 vatios por persona, lo que significa que Perú sigue atrás comparado a esta media. Los bajos niveles de electricidad generada pueden tener un impacto en el desarrollo económico del país, limitar la accesibilidad a la electricidad y restringir los esfuerzos de Perú para implementar tecnologías más limpias y eficientes.
Perú puede aumentar su generación de electricidad baja en carbono adoptando las estrategias de países similares y exitosos en el campo de las energías limpias. Siguiendo el ejemplo de Brasil, Perú puede incrementar su producción de energía eólica, que actualmente genera 94 TWh en Brasil. Con sus recursos naturales, no se puede descartar el potencial de la energía solar; India, un país tropical similar a Peru, genera 120 TWh con esta fuente de energía. Además, aunque Brasil y México tienen una pequeña porción de energía nuclear, esta fuente aporta una gran cantidad de electricidad baja en carbono como se muestra en los Estados Unidos, Francia y Rusia, sugiriendo un área de crecimiento prometedora para Perú en términos de producción de energía baja en carbono.
La electricidad baja en carbono en Perú ha evolucionado a través del tiempo, principalmente a través de la energía hidroeléctrica. En la década de 1980, se registraron aumentos modestos en la generación de electricidad hidroeléctrica, teniendo un pico en 1987. A comienzos de los años 90, se observó un repunte en la contribución de la energía hidroeléctrica a la producción eléctrica. La producción de energía hidroeléctrica aumentó considerablemente entre 2000 y 2006, antes de experimentar cambios menores en 2011 y 2013. Un aumento significativo se observó en 2017, mientras que los años 2022 y 2023 sufrieron descensos notables. A pesar de las fluctuaciones, la generación de electricidad hidroeléctrica ha mantenido una trayectoria en general ascendente en las últimas décadas.